A minutos de concluir el último turno de clase en la escuela secundaria Marjory Stoneman Douglas de Florida, Estados Unidos, cuando la alarma de incendio comenzó a sonar.
Fue alrededor de las 2:00 de la tarde cuando las alarmas sonaron. En medio de la confusión, empezaron a escucharse disparos. Algunos pensaron que eran fuegos artificiales. Con la alarma de incendios, las aulas comenzaron a ser evacuadas, sin embargo, algunos profesores se percataron enseguida de que se trataba de un “código rojo” y se apresuraron a regresar a las aulas.
Era Nikolas Cruz, de 19 años, exalumno de la escuela, quien armado con un fusil de asalto del tipo AR-15 y muchísima munición terminó matando a 17 personas y dejó decenas de heridos.
Nikolas Cruz fue expulsado del Stoneman Douglas hace un año. Fuentes del Pentágono citadas por la agencia France Presse han asegurado que había emprendido un programa de entrenamiento militar junior. Cruz accionó la alarma de incendios, y tapado con una mascarilla, fue lanzando bombas de humo y acribillando a la gente que se iba encontrado en medio de la neblina que provocó.
Lo que llaman “La masacre de San Valentín” es el décimo octavo en una escuela de EE.UU en lo que va del año, y el sexto que ha dejado estudiantes muertos o heridos. También es el segundo en víctimas fatales desde el tiroteo de la secundaria Sandy Hook de 2012.
Las autoridades lograron detener al atacante a unos metros del instituto.
Fuente: El País.
