La Jaiba Brava se llevó la edición XXXI del Clásico Tamaulipeco disputado en la cancha del Coloso de la Unidad Nacional.
Una noche mágica en todos los sentidos, una hora antes el partido el Estadio Tamaulipas presumía a su afición en el graderío; lleno total en el Santuario Celeste que con un mosaico monumental recibía a los jugadores.
Arrancaba el juego y los cánticos de la afición de hacían notar, el TM Fútbol Club motivado atacaba al conjunto universitario que salía presionado a la cancha por la afición celeste.
A la media hora de partido Óscar Uscanga aparecía en el areá mandando el balón al fondo de las redes después de hacer una maniobra en el césped que le permitiría abrir el marcador, el Tamaulipas explotaba y con gallinazo incluido celebraba la Jaiba.
Nos íbamos al medio tiempo con la ventaja en el marcador; para el segundo tiempo Correcaminos lograba emparejar los cartones y celebraban con la afición naranja que hizo el viaje al sur de Tamaulipas, no se quedaban atrás y celebraban con el «cangrejito».
Pero de nueva cuenta se bailaba el gallinazo, un golazo de Christian Tovar quien venia entrando de cambio hacia explotar una vez más al Coloso de la Unidad Nacional y asi ponerle cifras definitivas al Clásico Tamaulipeco. La Jaiba Brava vencía al Corre y lo mandaba al fondo de la tabla porcentual.
