Luego de la crisis que azotó al país durante todo el año, y que dejó miles de personas en estado de calle, el fin de semana pasado, decenas de personas salieron a las calles a brindar algún tipo de apoyo a los más necesitados en Venezuela.
En las calles abundan noticias de boca en boca, los comentarios y estampas de decenas de personas que se organizan para ayudar a los más necesitados y convertirse, sin buscar tal reconocimiento, en la cara más amable del desastre económico.
En las redes sociales, Karina Barbosa anunció que necesitaba ayuda para rellenar 500 arepas y comprar jugos para repartir el día antes de Navidad. Ella, junto con otras cinco amigas, prepara arepas, las precocinan un día antes de la entrega, y luego las rellenan y las ponen en bolsas individuales junto a un juego de caja. Barbosa asegura que el proceso es delicado, pues debe repartir la comida de manera balanceada para poder cubrir la mayor parte de zonas en la ciudad de Caracas.
Asimismo, Dayimar Ayala, reportera venezolana que se organizó con otras cuatro colegas y repartieron 100 juguetes nuevos a niños de la calle de Caracas.
Otro grupo de personas, lideradas por el reportero Francisco Urreiztieta, ofrecieron un almuerzo navideño en el barrio José Félix Ribas de Petare para cien personas que seguramente, sin ayuda, no habrían podido comerse la tradicional hallaca decembrina o un trozo de pan de jamón. Escogieron ese lugar tras haber cubierto la historia de un niño del barrio que murió por desnutrición.
A pesar de saber que esas acciones no resolverán el problema, los voluntarios realizan esas labores con el corazón, tratando de llevar alegría a quienes han pasado por un año difícil.
Fuente: El Tiempo.
