La Secretaria de la Función Pública (SFP) reveló apenas en octubre pasado la existencia de una banda de trabajadores de Petróleos Mexicanos que robaban combustible a la paraestatal. En Chihuahua se identificó a 40 petroleros inmiscuidos en la trafico de gasolinas, 25 de los cuales, fueron separados del cargo. A la fecha, no se ha difundido más información sobre ese grupo delictivo que presumió la SFP operaba en 76 terminales de abastecimiento de Pemex en todo México.
Pero la ordeña de ductos y la «banda de gasolinas» detectada en Chihuahua con aparente presencia en el resto del país, esa que se encargaba de alterar los instrumentos de medición para sobrellenar las pipas que salen a proveer las gasolineras, no son los únicos problemas que enfrenta Pemex y la Comisión Nacional de Seguridad en materia de petrolíferos.
En altamar también hay tráfico de combustibles y anualmente a Petróleos Mexicanos le roban unas seis pipas llenas de gasolina o diésel, siendo la Terminal de Almacenamiento y Reparto en Reynosa, Tamaulipas la que más pérdidas ha reportado en los últimos cuatro años. Los delincuentes han robado por lo menos de esta ciudad fronteriza unas 12 pipas llenas de dinero convertido en combustible y el Grupo de Coordinación Tamaulipas (GCT) poco o nada informa al respecto.
La gasolina magna es la más robada en el país y por todo México existen historias de huachicoleros, pipas recuperadas a balazos entre pillos y uniformados como sucedió ayer mismo en Abasolo, Tamaulipas; otras son aseguradas luego de ser abandonadas por las bandas delictivas; pero también, los grupos armados tiene puntos a su favor pues en Jalisco, un comando armado sustrajo seis pipas de 16 que había asegurado la Procuraduría General de la República (PGR), mismas que fueron incautadas dias antes y habían «resguardado» en un predio de la autoridad federal.
Las explosiones también forman parte del historial petrolífero y el enriquecimiento a delincuentes (dejaré abierta la opción por si mañana se debe apuntar a algún delincuente de cuello blanco que este hasta las mangas metido en el desfalco de gasolinas).
A mediados de septiembre del 2016 exploto en Estación Manuel, un poblado del municipio de González, Tamaulipas una pipa con más de 20 litros de gasolina robada, una persona resultó con quemaduras y la tarde de ayer martes 21 de noviembre en Ciudad Madero explotaron cuatro pipas más en un predio o patio de maniobras «sin dueño».
El estallido de las cuatro pipas en efecto domino, también registrado en Tamaulipas, pudo causar una tragedia mayor ya que se registró frente al Complejo Procesador de Gas Arenque de la Refinería «Francisco I. Madero» de Pemex, por fortuna gracias a la oportuna intervención de los bomberos municipales y equipo contraincendio de la paraestatal se logró sofocar oportunamente el fuego, sin embargo quedaron muchas preguntas en el aire que la federación deberá responder.
Tamaulipas no solo paga el precio de ser vecino del mayor consumidor de drogas en el mundo y de tener la frontera más próxima entre EUA y Sudamérica, también sufre por su riqueza natural, me refiero a la existencia de yacimientos petroleros y carga con la desdicha de tener una de las refinerías más productivas del país, esa que hoy se encuentra sin operar según información proporcionada por Pemex.
Y para cerrar… poco antes de la media noche, se registró otra explosión y llamarada en un ducto de Pemex allá en San Agustín Tlaxiaca; Hidalgo. Todo obviamente derivado por una toma clandestina.