El movimiento independiente está de moda -dicen- suman 85 los aspirantes a la candidatura a la presidencia de México rumbo a la contienda de 2018. Según la información publicada por el Instituto Nacional Electoral (INE) solo son cuatro los aspirantes que cuentan con más de dos mil firmas en esta primera semana de recolección, los demás no alcanzan ni las 250. Son baratijas.
Los cuatro punteros son: Armando Ríos Piter, Margarita Zavala, Pedro Ferriz y Jaime Rodríguez. La gran pregunta surge desde la teoría de la conspiración que tanto se ha impregnado en nuestra cultura mexica, que si Margarita está apoyada por el sistema para ayudar a Pepe Meade, que si Jaime Rodríguez juega para Moreno Valle o que si a Pedro lo impulsa una intención obscura.
A pesar de todas estas conjeturas a las que somos aficionados, pareciera que los independientes fueran una especie de liga de la justicia que pone sobre la mesa una esperanza de una verdadera democracia, la alternativa a la partidocracia contra la que tanto resentimiento tiene el mexicano promedio.
Los independientes representan la forma del tú a tú en el quehacer político, esta forma que se ha olvidado dentro de los partidos políticos quienes están acostumbrados a las grandes estructuras electorales; la forma independiente requiere un despliegue territorial en el que se debe convencer a la ciudadanía a otorgar la firma, esta es la voz del pueblo eligiendo a sus candidatos no un aparato político mantenido por el mismo pueblo que determina a sus candidatos por el famoso dedito.
Dentro de los cuatro aspirantes punteros valdría la pena supervisar al famoso “Jaguar” Armando Ríos Piter, actual senador independiente, favorito para la gubernatura de Guerrero (la cual rechazó) y un representante de la izquierda moderada cuyo movimiento, la Ola Independiente, pareciera sigiloso, haciéndole honor a su apodo, pero que ahí está dentro de los favoritos para aparecer en la boleta como una alternativa distinta, disruptiva.
El más joven de los 4 punteros tiene una apuesta obvia, la juventud y el futuro. Dentro de sus planteamientos propone apostar por la energía eólica en lugar de las 8 refinerías que en unos cuantos años no tendrán sentido cuando nuestros automóviles sean eléctricos. El “jaguar” representa el discurso fresco, joven, tenaz y coherente -en la pura semántica- aunque a veces pareciera que peca de idealista, fue este idealismo el que lo protegió de los enredos tenebrosos dentro de su natal Guerrero en aquella época de los 43 desaparecidos y la elección a Gobernador, pecado que carga en su lomo Andrés Manuel.
Habrá que ver cómo se consolida este idealismo en la Ola Independiente y si esta ola logra impregnar cada rincón de norte a sur e inspirar y lograr el colectivo que tanto predica el jaguar para unir a cada idealista mexicano y lograr así una revolución pacífica que le cambie la dirección a una democracia tan poco estimada como lo es la mexicana.
¿Es el «jaguar» el candidato plan B del electorado si no terminan de convencer el PRIAN triunfador o un Andrés Manuel opositor? No lo sé, lo que sí tenemos bien claro los mexicanos es que independientes hay mucho e interés por ellos muy poco.