El gasoducto submarino sur de Texas- Tuxpan el primero en su tipo en México que instala la compañía Transcanada, indiscutiblemente provocará alteraciones en la sustentabilidad del camarón. Las afectaciones irán apareciendo poco a poco y nadie está preparado para ello.
«En realidad no existe un auténtico Manifiesto de Impacto Ambiental», revelaron extraoficialmente y bajo el anonimato autoridades de las oficinas centrales de Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (CONAPESCA), sin embargo 181 embarcaciones camaroneras de Tamaulipas zarparon este 14 de septiembre a las aguas del Golfo de México para posicionarse y esperar la llegada del primer minuto de hoy 15 de septiembre que marca el fin de la veda atípica implementada por la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación.
La SAGARPA a través de la CONAPESCA, restringe los periodos y delimita las zonas de restricción para la captura de camarón.
Anteriormente se terminaba la veda primero en la región frontera con Estados Unidos y hasta la desembocadura del río Coatzacoalcos en Veracruz; posteriormente para octubre se levantaba la veda para la zona de la franja costera que involucra los estados de Campeche y Tabasco, pero en esta ocasión por primera vez en la historia la autorización de pesca del camarón fue simultánea para las aguas de todo el Golfo y Caribe mexicano.
Por lo anterior esta temporada de pesca es atípica y se desconoce en su totalidad que resultados vaya a ofrecer a la industria camaronera, se cree que podrán traer en los cuartos fríos de las embarcaciones toneladas de camarones con medidas altamente competitivas e interesantes para el mercado de exportación.
Cabe precisar que en los últimos 20 años el calendario de prohibición para la captura del crustáceo se ha venido modificando. Históricamente inicia rigurosamente el primero de mayo, hace más de dos décadas se levantaba al uno de julio; luego se vino aplazando por ciclos de 15 días hasta llegar a las fechas actuales, decisiones derivadas de estudios emitidos por biólogos marinos donde determinan que el camarón ya está en un tamaño adecuado para su captura, sin alterar la sustentabilidad, permitiendo a los armadores capturar en el peor de los escenarios, hasta diez toneladas en solo 30 días.
Tan solo en Tamaulipas viven de la pesca del camarón al menos dos mil personas, el impacto económico para la entidad es incalculable pero se benefician directamente proveedores y otros 10 mil tamaulipecos entre familiares y trabajadores en tierra que limpian y descabezan a esta especie para su comercialización.
Desafortunadamente la tripulación de cada uno de los barcos camaroneros debe sortear las condiciones climáticas, algunas fallas mecánicas y hasta la posible intervención de barcos piratas que llegan a secuestrar la nave e incautar el producto, por eso es primordial que la Secretaria de Marina Armada de México (SEMAR) este 100 por ciento comprometida con esta actividad primaria de México o de lo contrario, dejarlos al desamparo podría extinguir a los barcos camaroneros mexicanos y dejar en manos de armadores internacionales la captura del camarón en aguas nacionales.
Por cierto es de llamar la atención que unas siete embarcaciones camaroneras de Campeche viajaron hasta Tamaulipas para cargar combustible y de aquí zarparon al Golfo de México para iniciar su labor. No creo que solo hayan venido por diésel porque acá lo encuentran más barato ¿o sí?
