@dect1608
Tuvieron que pasar décadas, la nación tuvo que perder miles de millones de pesos y el país debió sufrir miles de muertes e incluso ver cómo se desmoronó Petróleos Mexicanos para que Pemex reconociera que el robo de combustibles se convirtió en un problema de seguridad nacional.
Ya no se podía destruir más la máxima petrolera mexicana (Pemex) que finalmente en agosto de 2017 tuvo que actuar dentro del marco de la legalidad contra los ladrones de hidrocarburos, una poderosa y peligrosa franja financiera de los cárteles mexicanos que por lo contrario a México y a la población le han generado pérdidas de hasta 20 mil millones de pesos tan solo en los últimos tres años, cuando entre 2012 y el primer trimestre de 2017, se robaron al rededor de 12 millones 487 mil barriles de gasolinas, a través de sus tomas clandestinas, muchas de ellas en contubernio con el mismo personal de Pemex.
En un acto sin precedentes el fin de semana, unas horas previas al quinto informe de gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, en Tamaulipas al norte de México; se desplegó un operativo de supervisión a las gasolineras de la región frontera con Estados Unidos, las corporaciones policiacas federales y estatales que integran el Grupo de Coordinación (GCT) lograron clausurar la abastecedora de combustible marcada con el número E10021, domiciliada en la peligrosa Brecha 113 número 100 del municipio de Río Bravo, la gasolineria mantenía el negocio de combustibles pero el último registro de consumo con Petróleos Mexicanos estaba fechado en junio de 2015 y no tenía renovado su contrato de comercialización con la empresa de petróleo propiedad de los mexicanos.
Este inusual e insólito operativo efectuado por Pemex y las fuerzas federales, obligó a los representantes legales de Petróleos Mexicanos, interponer una denuncia formal ante la Procuraduría General de la República (PGR) por almacenamiento y posible venta ilegal de combustible. Por su parte, la Procuraduría General de Justicia del Estado de Tamaulipas (PGJE) inició una carpeta de investigación por el delito de operaciones con recursos de procedencia ilícita, relacionados con la misma gasolinera que tenía un sello perteneciente a la empresa Promotora Internacional de Pesas y Medidas S.A. de C.V. «una empresa 100% MEXICANA, orientada a la productividad en el desarrollo de la Metrología en México y con la confianza de que el personal esta debidamente calificado» según dice su portal informativo.
Aunque no me lo crean, y por extraño que parezca, esta gasolinera pudiera estar operando fuera de la ley, pero en una de esas según como se mueven las cosas en Tamaulipas, ya las regalías ni siquiera podrían estar llegando a los auténticos empresarios gasolineros, porque la otra es que hayan estado siendo obligados a vender ese hidrocarburo. El asunto es que las bombas de servicio pese a la fecha del último contrato con Pemex, seguían en óptimas condiciones para el funcionamiento y además en los tanques de depósito se encontraron 24 mil litros de hidrocarburo; razón suficiente para que el GCT clausurará la gasolinera.
«Lo bueno cuenta y queremos que siga contando» y con estas acciones Pemex, que pudo ser una grandiosa perla negra que diera sustento a muchas generaciones, se convirtió en la perla mexicana en busca de una señal de permanencia en la reforma energética que impulsó el presidente de la nación.
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