Desde que el rockstar priista de México, Enrique Peña Nieto, clausuró la XXII Asamblea Nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI) la popularidad del comandante supremo creció un par de puntos porcentuales. Después los atinados spots relacionados al quinto informe de gobierno fueron bien recibidos y para finalizar el mes de la mejor manera, las designaciones de los nuevos dirigentes del PRI en Aguascalientes, Durango y Tamaulipas, resultaron según lo planeado. AMLO sigue, pero Peña no se deja.
En Aguascalientes, Enrique Ochoa Reza, Dirigente del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PRI, tomó protesta a la nueva dirigencia correspondiente al periodo estatutario 2017-2021 encabezada por Enrique Juárez y Dennis Ibarra, bajo la primicia de trabajar rumbo al 2018, sin comprometerse a no robar, no corromper, ni defraudar. Cabe precisar que estos dos fueron ratificados por unidad de consejeros divididos.
Mientras el PRIismo duranguense, con una estrategia como la del mismo alacrán, con el Senador Ismael Hernández Deras, queriendo imponer desde antes de la XXII Asamblea Nacional del PRI a su fórmula. No pudo contrarrestar el pasito diranguense del diputado local Enrique Benitez, quien fue posicionado en las negociaciones internas como dirigente estatal y Ali Gamboa, asignada a los trabajados de la Secretaria General. Unidad negociada, apretada y concertada desde arriba de cara al 2018 que es lo que importa.
¡Ojo! Con los dos anteriores resultados y procesos internos de los Comités Directivos Estatales de Aguascalientes y Durango, Enrique Ochoa Reza, viene contagiando a los priistas de todo el país, algunos ya se están convenciendo de que si hay dirigente nacional con capacidad para ajustar las tuercas, otros se contagiaron de su energía desde el discurso emitido en la XXII Asamblea del pasado 12 de agosto. Como sea, dicho por Felipe Calderón «haiga sido, como haiga sido» el PRI está despertando y en su preciso momento.
Pero este fin de semana en Tamaulipas, el priismo también vivió un momento importante, la historia los tiene hoy derrotados y hasta cierto punto como ventrílocuos del Partido Acción Nacional (PAN) que desde la silla gubernamental del estado, hasta donde pudo y se lo permitieron, metió mano en la designación de Sergio Carlos Guajardo Maldonado, como nuevo Presidente del Comité Directivo Estatal, regresando al lugar que le corresponde la ex diputada local Aida Zulema Peña, quien luego de la derrota del 6 de junio ella se convirtió en Presidente Interina y su ultimo guía Rafael González «bueno para nada» Benavides, se fue de diputado local por la vía pluri para seguir sorbiéndole a Francisco Javier García Cabeza de Vaca, su gobernador panista.
En fin, no hubo magia en la designación de Guajardo, los dados estaban cargados a su favor, aplastar a Oscar Lubert Gutierrez, esposo de la actual legisladora federal priista María Esther Camargo, era la encomienda, pues si ganaba este que ya andaba de coqueto com MORENA, significaría un retroceso político y generacional del priismo tamaulipeco, y según lo que mejor le favorecía a Tamaulipas desde la óptica nacional, era el triunfo de Guajardo porque con Oscar Lubbert, se podría poner en riesgo la aritmética precisa y alterar los números de todo México.
El que entendió, entendió… ¡va! Sin misterios, que no gane AMLO es la misión.
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