Sur de Tamaulipas

Basura y escombro inhabilitan drenes pluviales

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Tampico, Tamaulipas.- El cúmulo de basura y escombro en las calles, lo mismo que material para la construcción abandonado en la vía pública, son los factores que vuelven ineficaz la limpieza de los drenes pluviales cuando ni siquiera ha pasado un mes desde que la llevaron a cabo en Tampico.

Así lo hacen saber regidores del ayuntamiento porteño comisionados a las áreas que tienen relación directa con el mantenimiento de los canales a cielo abierto, quienes señalan que la recolección de desechos y el desazolve de la red de drenaje pluvial no serán suficientes mientras la ciudadanía siga arrojando toda clase de residuos a la calle y a los mismos ductos.

Rogelio Pérez Lara, presidente de la Comisión de la Zona Norte, menciona que por ejemplo, en la colonia Borreguera, se tuvo que volver a dragar un canal recién desazolvado debido a que uno de los vecinos del sector dejó material de escombro afuera de su domicilio, y dichos restos de construcción fueron a dar al dren pluvial.

Por su parte, el también edil, Rodolfo Pizarro, presidente de la comisión de Servicios Públicos, indica que el personal de recolección de basura no deja de cumplir con los itinerarios, pasando cuando menos dos veces a la semana a cada una de las rutas asignadas, pero aún así hay personas que suelen dejar bolsas con cualquier clase desperdicio en las esquinas, o enfrente de sus viviendas, y los perros callejeros y otra fauna acaban esparciéndolos por las noches.

Es ese problema el que hace más difícil que se mantenga limpio el sistema de drenes pluviales, señala Pizarro, dado que adentro de una bolsa de basura por lo regular hay una importante cantidad de botellas, vasos y platos desechables, u otros empaques y objetos de plástico que por efecto del aire o por acción de las mismas personas terminan al interior de un canal.

A su vez, el director de Servicios Públicos del gobierno citadino, Juan José Berrios, expone que algunos taxistas son otra suerte de enemigo público clandestino, toda vez que tanto ellos, como los carretoneros, avientan a lotes baldíos, áreas verdes, plazas o de plano a la calle, lo mismo llantas viejas que auténticos costales de basura, colchones y muebles inservibles.

Lo peor, dice Berrios, es que la mayoría de las ocasiones lanzan esa basura directamente a un eren pluvial, aprovechando que se trata de un sistema a cielo abierto, es decir, una gran zanja, y hasta la fecha no existe registro ninguno de una sola persona que haya sido sancionada económicamente por incurrir en una acción así, con todo y que la ley lo contempla y existen áreas facultadas para ello, como la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente o las direcciones estatal y municipal de Medio Ambiente.

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