CYEN

El recurso de la Melancolía …Por: Deysi Sánchez

Publicado

el

El discurso del artista normalmente encierra algo muy profundo y personal. La vida caótica de cada uno de ellos, el sufrimiento y el dolor en forma de pintura, de canción o de poesía. Bien sabido es que los temas que encierran el todo es el amor, la guerra y la muerte, son de donde parte todo en la vida, en el arte.

Es casi inconcebible imaginar la obra de Van Gogh, de Frida, de Nacho Vegas y de Dostoyevski sin esa oscuridad que la envuelve. El artista es un ser melancólico, un ser que transmite todo a través de su trabajo, que está más allá de las perspectivas y de la interpretación de los espectadores, de los lectores.

Pues aunque cada quien entienda el arte a su modo, siempre nos hará sentir, esa es su misión, si alguna “obra” no transmite nada, entonces eso quiere decir que no cumple ningún cometido. ¿Qué sería del mundo sin sus artistas?

Y como siempre, cada movimiento, cada itsmo, tendrá su razón y sus consecuencias, el arte no es más que el reflejo del entorno, del momento social e histórico. Pero siempre desde la mirada del artista, desde su ideología.

Pocos son aquellos que sobreviven a través de las décadas y los siglos, pocos tienen este tipo de fuerza (y de belleza), esos que tocan fibras sensibles, que trascienden; muchos de ellos son reconocidos por mover almas y corazones. ¿Qué sería de los artistas sin la melancolía? Posiblemente ni siquiera serían artistas, sería ingenieros o matemáticos.

Y no es que tenga algo malo no ser sensible a las artes, pero, siempre va a ser mejor un mundo sensible, un mundo humano: porque el artista trabaja con su melancolía, con parte de sí mismo, cada uno de ellos se fragmenta en sus obras. Cada uno de ellos se desnuda ante los demás, aunque muchas veces no lo podamos observar.

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Populares

Salir de la versión móvil