Tampico, Tamaulipas.- Con el objetivo de embellecer la imagen de nuestra ciudad y de unificar la presentación de quienes representan un enlace directo con los turistas que visitan nuestra ciudad, la Alcaldesa de Tampico, Magdalena Peraza Guerra, entregó uniformes y toldos a los aseadores de calzado que laboran en la Plaza de Armas y la Plaza de la Libertad, ubicadas en el primer cuadro de la ciudad.
La Primera Autoridad Municipal, fue acompañada por la Regidora y Coordinadora de la Comisión de Turismo, Claudia Moctezuma Córdoba; la Directora de Turismo, Elvia Holguera Altamirano; el Representante de la Empresa de Grasa “El Oso”, Saúl Cervantes; el Presidente de la Unión de Aseadores de Calzado, Santos Torres; además de Síndicos y Regidores del Ayuntamiento de Tampico.
De manos de la Alcaldesa se dotó a los también conocidos como boleros de 60 uniformes y 70 toldos en conjunto con la empresa fabricante de grasas para cuidado de calzado “El Oso”, que permitirán ofrecer una misma imagen a todos los aseadores que desempeñan este tradicional oficio en 2 de los sitios turísticos más importantes de la ciudad.
Fue en la propia Plaza de Armas en donde se hizo la presentación de los uniformes que constan de una camisa y una camiseta tipo polo ambas en color verde, y un pantalón color caqui; también se entregaron e instalaron los toldos que vestirán las estructuras de las sillas y brindarán sombra a quienes requieran de lustrar su calzado.
La Edil Porteña señaló durante la ceremonia la importancia de estos personajes para el turismo en nuestra ciudad: “Yo siempre he dicho que el mejor agente turístico que tenemos son ustedes los aseadores de calzado, porque la gente que llega con ustedes empieza a platicar y les pregunta de la ciudad, que mejor que ustedes que tienen ese contacto directo, son los que pueden hablar bien de esta ciudad y puerto de Tampico”.
También señaló que uniformar a los aseadores va de la mano con la transformación de la Plaza de Armas: “Hoy me da mucho gusto hacerles entrega de estos uniformes y de estas lonas nuevas para sus sillas, y decirles que somos un Gobierno que quiere que así como se ha arreglado la Plaza de Armas ustedes vayan acorde con este arreglo y que luzcan su uniforme limpio y demos otra imagen de ciudad a todo aquel que nos visita”.
Finalmente se hizo la entrega simbólica de los uniformes y toldos a quienes ejercen este oficio que data de los años 30 y tuvo su mayor apogeo en los años 40 cuando los hombres lustraban sus zapatos para ir a bailar.