El plan emergente para reemplazarlo se realizaría en dos años, y aún no lo plantean
Tampico Tamps.- Un año solamente queda para que el actual relleno sanitario de la conurbación, construido e inaugurado entre los años 2002 y 2004, llegue a su máxima capacidad y se convierta en obsoleto, lo que ha obligado ya a que por lo menos uno de los tres municipios que conforman esta área metropolitana, el de Tampico, se tome en serio el asunto y esté buscando justamente cómo resolver el problema de la basura.
«Hay que cambiar las técnicas, dentro de poco ya no vamos a poder llevar (los desechos) al relleno sanitario», expone la presidenta municipal porteña, Magdalena Peraza Guerra, quien además señala que se debe buscar un lugar estratégico para ubicar el nuevo centro de procesamiento, que no quede tan lejos de Tampico y Madero, y en el que se evite cualquier técnica de incineración.
Por su parte, Francisco Hernández, representante del área de Desarrollo Urbano en Altamira, refiere que el tiempo mínimo requerido para tener lista la planta receptora y recicladora tanto de materia orgánica como de materiales inorgánicos, es de dos años desde el momento en que se comienza a tramitar los permisos, cosa que sólo puede hacerse con el visto bueno del Congreso y, previamente, de los cabildos: a ninguno de los tres les ha sido siquiera planteada, en sesión solemne, tal propuesta.
En cambio, la Secretaría de Ecología, Desarrollo Urbano y Medio Ambiente (Seduma), es la instancia que convocó ya a una reunión para analizar el asunto, junta a la que, sin embargo, no asistieron el alcalde de Ciudad Madero ni la alcaldesa de Altamira, por lo que la jefa edilicia de Tampico sugirió ya un encuentro en el que sí estén los tres.
«El proyecto es procesamiento de basura orgánica para efectos de generación de energía y gases», menciona Hernández, quien además explica que se trata de un proceso innovador y bioquímico que se vale de especies vivas, las cuales consumen la materia orgánica y van generando con ello gas metano, un energético utilizable incluso en la generación de electricidad.
Aparte, el gas provisto por la procesadora, en este caso el grupo empresarial Merick, interesado en aprovechar la basura, abastecería a los tres ayuntamientos, que lo emplearían como combustible para sus flotillas vehiculares.