Cuando existe la voluntad de hacer las cosas, las metas que se propongan se logran alcanzar tarde o temprano y estas además dan frutos positivos, claro cuando el proyecto es para bien.
Tal es el caso de Alma Laura Amparán, alcaldesa de Altamira, quien con esfuerzo propio, inició con la rehabilitación de la avenida de la Industria.
Conocida desde siempre como carretera Tampico – Mante, este tramo entre la zona norte de Tampico y Altamira, era de propiedad federal, pero pasó a la Administración Municipal hace algunos años.
Se debió básicamente al crecimiento de la mancha urbana, y le correspondió en aquel entonces alcalde de Altamira, Genaro de La Portilla concluir con la gestión que había iniciado Sergio Carrillo, para que pasara de posesión federal a municipal.
Al tramo de la carretera Tampico – Mante
entre Tampico y Altamira se le nombró
Avenida de la Industria
Otro tramo municipalizado fue el comprendido entre el puente del ferrocarril, esto a la altura de las instalaciones del Teletón, hasta el punto conocido como La Cuarentenaria.
Desde entonces, este tramo, el de Tampico – Altamira, nombrado Avenida de la Industria, ha recibido poco mantenimiento.
Esto debido a que resulta muy costoso para la Administración Municipal, cualquiera que esta sea, el realizar una obra de la que han pensado, no representaría votos seguros en temporada de elecciones.
Ese es el pensamiento de muchos políticos para para desarrollar obra pública.
Muchos políticos piensan en
votos al realizar obra pública
Pero en esta ocasión, Alma Laura Amparán, tomó la decisión de empezar estas acciones poniendo el ejemplo de voluntad y esta acción hizo eco positivo en muchos sectores.
Se trata de una obra que beneficia no solo a los altamirenses, sino a miles de tampiqueños y maderenses, quienes realizan alguna actividad que tiene que ver con el Puerto de Altamira o con la zona industrial.
Y que decir que será una obra que beneficiará incluso a empresas del centro y norte del país, al ser paso obligado de miles de toneladas de cargamento hacia y procedentes de diferentes estados de la República.
Precisamente gran parte del daño que tiene esta Avenida de la Industria es ocasionado por estas unidades de carga, pero eso a los directivos de las empresas del llamado corredor industrial de Altamira y a la Administración Portuaria Integral (API) parece no importarle.
No tienen voluntad.