Opinión

Cállate chachalaca

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@dect1608

Grotesco, intolerante, irritante y grosero; además agresivo con quien no comulga con su ideología… como político de parodia; ese es el Andrés Manuel López Obrador, del que poco se habla y nada se ve en los medios de comunicación. El mesías e ídolo de las multitudes ahora se dio el lujo de acusar de «provocador» a don Antonio Tizapa, padre de uno de los 43 desaparecidos en Ayotzinapa.

AMLO a veces amado y otras tantas odiado; tal parece que está sumamente nervioso al darse cuenta que su popularidad no va a crecer más. Las acusaciones del gobernador de Veracruz, lo tienen desorientado al grado que volvió a ser el mismo intolerante e irrespetuoso de antes cuando parecía que los amlovers, ya tenían en él, un candidato recargado con serenidad y madurez.

En medio de protestas, el «peje» tuvo que terminar antes de tiempo un mitin celebrado este martes con migrantes mexicanos en Nueva York. Tan lejos de Peña, Andrés Manuel, pensó que iba a caer blandito pero no fue así, porque su relación con el ex gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre y los vínculos con José Luis Abarca, ex alcalde de Iguala, siguen vigentes en la memoria de muchos y sobre todo, en la de los familiares de los 43 normalistas desaparecidos a quienes le recuerdan al líder de MORENA, sus pecados como perredista.

«¡Reclámale al Ejército o a Peña… cállate, cállate!… ¡No seas provocador, no seas provocador!…», son las palabras que utilizó para disque defenderse el señor Obrador, mientras el padre de Jorge Antonio Tizapa Legideño, joven de 21 años, normalista desaparecido en Ayotzinapa, intentaba acercarse para intercambiar algunos cuestionamientos con el siempre candidato a la presidencia de México.

En esta ocasión no tiene para donde hacerse el señor Andrés Manuel; porque ya sea provocador financiado o no el jefe de la familia Tizapa, el tabasqueño solo evidenció su nivel de intolerancia para enfrentarse a un evento fuera de control; de seguir así, su razonamiento de la situación política del país a conveniencia, le restará adeptos lejos de darle mayor popularidad. Hoy ya muchos ven en Andrés Manuel, un provocador decrépito que no tiene nada que ofrecer al país, lo miran como un vividor de los recursos, mientras que muchos otros cuando lo veían con respeto y como una alternativa, ahora con este comportamiento mostrado sienten en definitiva que ya lo perdieron.

En fin… está a tiempo de volver a su modo sereno, de escucha y maduro, porque si le seguimos,  hablar de AMLO, de Dios y del América es como dividir al pueblo.

davidcastellanost@hotmail.com

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