Opinión

Topo Chico, dos de dos

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@dect1608

Considerado como uno de los municipios más ricos de México y Latinoamérica, San Pedro Garza García, integra la zona Conurbada de Monterrey pero sin mezclarse; allá todo es más caro, el metro cuadrado dista hasta un 200 por ciento con Santa Cantarina y Monterrey, que son los municipios colindantes con San Pedro que es la zona élite del regio monte. En San Pedro Garza García, el desarrollo corporativo está en su apogeo, allá están las mejores casas, se construyen edificios para el retiro de señorones adinerados, se edifican para aquellos aprisionados en sus mansiones o para que vuelvan los que por la inseguridad tuvieron que huir de Nuevo León; allá en San Pedro, está la máxima seguridad nacional, incluso intentar sobornar a un policía vial es como un delito federal. Allí vivía Fernando Alejandro Cano Martínez, presunto prestanombres del ex gobernador tamaulipeco, Thomas Yarrington Ruvalcaba a quien se le finca la responsabilidad de haber entregado la tranquilidad del estado a la delincuencia organizada.

Fernando Cano, tenía más que un departamento en este prestigiado y lujos pedazo de tierra mexicana; Cano, tuvo por muchos años su refugio y su «tranquilidad» hasta que los priistas de Tamaulipas entregaron el estado bajo convenio al prianista Francisco Javier García Cabeza de Vaca, con la única encomienda de hacer el trabajo sucio que los tricolores no podrían por  compadrazgos y entonces la noticia ¡increíble! Por la mañana del jueves 9 de febrero, la clase política tamaulipeca, se calentó con la detención del empresario constructor Fernando Cano Martínez. El hombre es considerado uno de los principales operadores financieros del exgobernador, Tomás Yarrington. La captura provocó algarabía en el primer círculo del gobernador Francisco García Cabeza de Vaca; la alegría aumentó porque el vocero de seguridad en Nuevo León -territorio donde fue aprehendido-, Aldo Fasci, felicitó al gobierno tamaulipeco por colaborar en el operativo. Conforme transcurrió la tarde el estatus legal del compadre de Yarrington se hizo confuso. Corrían dos versiones: la Procuraduría General de Justicia del Estado de Tamaulipas, al mando de Irving Barrios, trataba de destrabar una orden de aprehensión estatal y la PGR buscaba la solicitud de extradición de la Interpol. Las horas pasaron y casi al oscurecer, los abogados de Cano presentaron un amparo contra detenciones en México y pagaron la fianza de garantía. Fernando Cano salió feliz del penal de Topo Chico, en actitud similar a la de Rodrigo Medina.

Como quiera la fugaz captura y liberación de Cano, sus presuntos negocios con Yarrihgton y el Cártel del Golfo, pondrán a temblar a otros funcionarios, empresarios y adinerados tamaulipecos; pero mientras esos sucede, Cano Martínez, seguramente ya no estará igual de tranquilo.

Eso sí, el fracaso en la detención de uno de los hombres más buscados por las autoridades texanas fue una exhibición más del letargo en que está sumido el gobierno cabecista. Una raya más al tigrillo y eso que apenas van 4 meses y 10 días.

Por cierto de Fernando Cano, hay quienes lo recuerdan como un hombre generoso, amigo de políticos, empresarios y muchos periodistas.

davidcastellanost@hotmail.com

 

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