Gran parte de la zona centro y sur de Chile está cubierta de una capa de humo. En las zonas más afectadas, la gente enfrenta con mascarillas el entorno cargado de emisiones.
Incluso en la capital del país, Santiago, a varios kilómetros de los fuegos más cercanos, el sol brilla con un color extraño tras la humareda. El incendio llegó en pleno verano, y en medio de las constantes olas de calor que se viven en la zona. El fuego avanza devorando la vegetación seca de las zonas que han vivido largos meses de sequía.
El sábado pasado se reportaron más de 45.000 hectáreas devastadas, y dos provincias en “estado de catástrofe”. Se ha evacuado a más de 4.000 personas y alrededor de 30 casas han sido afectadas.
El gobierno uruguayo ha mandado a un grupo de bomberos brigadistas para apoyar en las labores e intentar apagar el fuego.
Fuente: elobservador.com
