@dect1608
El «Poder Antigandalla» que ya está liberando los espacios públicos apropiados sin sustento legal en todo México, llegó a Tamaulipas y particularmente al sur del estado para realizar su autocrítica y poner en su lugar a los políticos, empresarios y ciudadanos corruptos.
La brigada «antigandalla», surge como un movimiento civil de autocrítica ciudadana con la intención de liberar los espacios públicos, acción que realizarán apegados a derecho, sin embargo necesitarán de la ayuda de los 43 ayuntamientos para ir fortaleciendo su presencia en toda la entidad. Ojalá sean respaldados por los gobernantes tamaulipecos para que trabajen hombro con hombro y comenzar a poner orden en las calles.
La brigada del «Poder antigandalla», está conformada por ciudadanos de a pie, la mayoría, profesionistas de las ciudades de Altamira, Madero y Tampico y se están reuniendo los lunes en un conocido café, restaurante y pastelería de la costa de Tamaulipas.
Vía redes sociales @PoderAg_surTam comenzó a convocar hace unos meses a quienes serían sus próximos brigadistas, poco a poco se han venido sumando hasta conformar una centena de colaboradores quienes tratan de crear conciencia cívica en el comportamiento de la sociedad civil tamaulipeca.
La brigada de «Poder antigandalla», podría aparecer próximamente en el sur del estado y de acuerdo a las primeras observaciones, han detectado una muy buena cantidad de gandallas que con sus coches ocupan toda la banqueta, obligan a los niños a bajar a las calles con riesgo de que los atropellen, también han detectado empresas y comercios que se han adueñado de las banquetas y áreas verdes de la cuidad con construcciones irregulares, generando problemas y riesgos.
Las brigadas de «Poder antigandalla» tienen representación en distintas entidades de la República Mexicana y aunque los brigadistas en Tamaulipas, reconocieron los riesgos por la alta presencia de los cárteles de la droga, consideraron oportuno comenzar con este movimiento ciudadano para ir coartando la corrupción.
Por cierto en el centro histórico de Tampico, también hay una guerra entre los comerciantes establecidos y los vendedores ambulantes quienes entre todos se están adueñando de las banquetas y arrojando a la calles entre los carros a los peatones, mientras la autoridad se está quedando fría con la llegada del invierno.
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