Tampico, Tamaulipas.- «Yo traigo la idea de que en las noches aquí organicemos también conciertos, y aquí podamos hacer otras cosas, a los muertos no hay que tenerles miedo, sino a los vivos».
Revela a REPORTE NORESTE la profesora Magdalena Peraza Guerra, alcaldesa porteña, cuando se le pregunta si ya es tiempo de que se explote al panteón municipal que, después de todo, se ubica sobre la principal avenida de esta ciudad.
Una vez que transcurran las tradicionales fiestas, por los días dedicados a la memoria de los difuntos, ella podría proponer que el más grande camposanto de Tampico sea aprovechado de forma permanente como un lugar de interés turístico.
Es una idea en la que, sin embargo, ya habían estado trabajando otros gobiernos anteriores al suyo, a diferencia de lo que en su segundo período como alcalde sugirió el exalcalde Fernando Azcárraga, quien propuso cambiar de lugar ese cementerio.
Tampoco sería de manera alguna un asunto novedoso: dentro del territorio nacional está desde hace cosa de un siglo el caso de Guanajuato, y en el plano internacional los de recolecta, en Buenos Aires, y Salem, en Estados Unidos, por citar sólo tres ejemplos.