Atestigua Peraza Guerra entrega de víveres de «Por un México Sin Hambre»

Tampico, Tamaulipas.-  En el marco del día mundial de la alimentación, la alcaldesa de Tampico, la maestra Magdalena Peraza Guerra fue testigo de la entrega de víveres recolectados por los jóvenes del Servicio Militar Nacional, en coordinación con la SEDENA y el 15vo batallón de infantería, a la Asociación civil «Alimentos para la caridad».

Como parte de la Campaña Nacional “Por un México sin hambre” se lograron recolectar once mil cuatrocientos ochenta y seis kilogramos de alimentos no perecederos que incrementarán el volumen, la variedad de productos y calidad nutricional de las despensas que diariamente distribuye la Institución entre las familias más necesitadas del sur de Tamaulipas y norte de Veracruz.
Fernando Astaburuaga Pazzi, Presidente del Consejo de Administración de “Alimentos para la caridad”, compartió este logro con la maestra Peraza, quien se mostró contenta por la labor de servicio realizada.

«Esto que hoy se recaudó celebrando el día mundial de la alimentación, va a servir para que durante mucho tiempo se tenga la despensa para ayudar a todas esas familias que ya saben que aquí encuentran el apoyo siempre, para poder resolver la necesidad más elemental que tenemos, que es el alimento. Yo he visto la cara de una familia cuando no tiene ni para comer y llega una despensa salvadora y se les ilumina el rostro, eso es hacer hogares felices y corazones felices», expresó la alcaldesa.

Estos alimentos serán repartidos en 65 puntos que se encuentran  distribuidos en Tampico, Madero, Altamira y González, Tamaulipas además de Pueblo Viejo y Pánuco, Veracruz; puntos que han sido previamente evaluados por su posición socio-económicas para ser elegibles.

A esta entrega también asistieron la Directora del Instituto para la Mujer, Mónica Villarreal, y el Director de Desarrollo Económico, Onésimo Molina Meza.

Peraza Guerra agradeció a quienes integraron esta campaña nacional “Por un México Sin Hambre” y exhortó a la ciudadanía a sensibilizarse para dar un poco de lo que Dios les ha dado.