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En septiembre de 1991, cuando este columnista inició su carrera en los medios informativos por el abrazo y hospitalidad de mi ahora gran amigo Héctor Vázquez Gutiérrez, director general de la revista Sucesos de Tamaulipas (que se edita en la frontera), y entonces gerente de producción del periódico que a la sazón se llamaba El Diario de Tampico, tuve la fortuna de conocer a Sofía Sandoval Ovando, ya por aquellas fechas secretaria general de la Sección 36 del Sindicato Industrial de Trabajadores y Artistas de Televisión y Radio, Similares y Conexos de la República Mexicana (Sitatyr).  Recuerdo que inició ahí una amistad cercana con ella, sempiterna operadora de la estación radiofónica que inicialmente se llamó «Superestelar», y con otra muy entrañable y estimada compañera que tenía el mismo puesto, pero en una difusora que perteneció también a esa empresa, y que un par de décadas después fue adquirida por el grupo Imagen.  Esa otra gran amiga, lamentablemente, ya falleció, y siendo aún joven.  Pero la anteriormente citada dirigente sindical no sólo continúa estando al frente de la dirigencia seccional del SITATYR, cuya membresía se ha visto disminuida considerablemente conforme pasa el tiempo debido al recorte masivo de personal sindicalizado en cada empresa del sur de Tamaulipas donde tiene presencia.  Sofía, en contraste, sigue ahí, y ahora más fuerte que nunca: en los últimos diez años comenzó a tener una incursión más directa en la política local, una cercanía que adquirió el carácter de relación-compromiso desde el segundo período como alcalde de Fernando Azcárraga López.   En aquellos años, a  más de una junta sindical de las que convocaba anualmente, invitó para estar ahí al ex presidente municipal de Tampico, específicamente en época de campaña electoral.  Cuando aún se tomaba Sandoval Ovando la molestia de organizar reuniones de fin de año (con las cuotas retenidas a los trabajadores afiliados, por supuesto) para el personal de  Telecable Tampico, donde trabajé durante 17 años y medio de forma ininterrumpida, comenzó a llevar, como acompañante, a la actual regidora y en algún tiempo secretaria general del Comité Directivo Municipal del PRI en esta ciudad y puerto, Dorely Meza Reyes.

«Vienen cosas buenas, muchachos», solía decirnos Sofía como explicación no pedida a los miembros del sindicato, que también empezó a hacer sus juntas en la sede local de la eternamente priísta Confederación de Trabajadores de México (CTM).   No pasó mucho tiempo para que, una mañana de diciembre en 2014, pudiera darse cuenta cada empleado sindicalizado, de los que quedaron tras la merma gradual de la plantilla laboral de Telecable (a la extinción de «Cablecanal», que había iniciado en 1993 como Canal 11  de Tampico, había apenas una cuarta parte de la membresía que llegó a tener el SITATYR en ese centro de trabajo), de que esas cosas buenas anunciadas por ellas eran, si acaso, para la causas muy propia y personal de la lideresa, porque de un solo golpe una docena y media de empleados se quedó sin su fuente laboral.  Al que esto escribe, simple, llana e ilícitamente le habían impedido el paso a la empresa apenas 7 semanas antes, sin que mediara ya no digamos causa justificada, sino explicación alguna ni finiquito o liquidación económica ninguna.  Hubo así violación flagrante a la Ley Federal del Trabajo y a las garantías individuales del empleado, según lo marca la misma Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.  Pero el propósito era claro: evadir, primero, el pago justo, conforme a derecho y a las prestaciones marcadas en el contrato colectivo entre el patrón y la organización que representaba al trabajador, en este caso el SITATYR.  Y en segundo lugar, viéndolo de manera fría, desde la perspectiva de esa empresa y en el afán de cuidar sus intereses económicos, para Telecable fue aquella la manera más sencilla de ganar tiempo, ya que lo peor que podía pasar era que el empleado cuyos derechos estaban siendo violentados acudiera a interponer una demanda ante Conciliación y Arbitraje, pero el proceso consiguiente tomaría un largo período resolverlo, y en todo ese lapso había dos posibilidades: que el agraviado se fastidiara y desistiera (lo cual no ocurrió), o que «algo» le sucediera a él, ya fuera que enfermara y dejara de habitar más este mundo por ese motivo, o por accidente… en fin.  La probabilidad siempre está latente.  Pero, a Dios gracias, nada de eso ha pasado tampoco.

Al Sitatyr acudieron a afiliarme a mi domicilio, tras ver que a los pocos meses de ingresar a la empresa el propio director general comenzaba a promoverme para otros puestos (un par de ascensos antes del primer año y los correspondientes aumentos salariales), la secretaria general de la Sección 36, Sofía Sandoval Ovando, y el entonces delegado del sindicato en Canal 11 de TV Cable (así se llamó en un inicio), Juan Pérez Ochoa, a quien una década después la misma lideresa le promovió, por su parte, la rápida salida de ese centro de trabajo, después de que él había sido durante años su brazo derecho, y de que por poco y se queda, en una contienda democrática limpia en la que por primera vez estuvo a punto de perder, con el puesto que ella siempre ha ocupado.  El talento y capacidad de Pérez Ochoa lo llevaron en unos cuantos meses, pese a un sucio bloqueo que además se ganó por tal atrevimiento, a ganarse la confianza del equipo de campaña del finado Rodolfo Torre Cantú, y fue a tal grado la habilidad y responsabilidad que demostró, que aún Egidio, quien se desentendió de cuantos colaboradores de su hermano pudo, lo mantuvo como parte de su grupo de comunicación social, donde concluye el sexenio como camarógrafo más cercano.  Para ingresar al sindicato me pidió Sofía, eso sí, una «módica cantidad» en calidad de «préstamo».  Pero ninguno de los asensos o promociones que obtuve en Telecable fueron gracias a gestiones de ella, sino más bien por el desquite de mis emolumentos de la mejor manera, y tampoco ella metió las manos para intervenir a mi favor cuando, en el período más decadente del Canal 11 (Cablecanal), me intentaban fastidiar y entramparme laboralmente algunos gerentes que estuvieron siempre de paso por esa compañía.  Vamos, en un par de ocasiones fue la misma empresa la que terminó «reculando» y dándome mi lugar por iniciativa propia y así convenir a sus intereses, y sin que Sofía, totalmente desentendida del caso de su representado, moviera un solo dedo.  No fui el único al que no defendió: está el caso de 5 exempleados de Cablecanal, dos de ellos reporteros activos actualmente, a los que obligó a firmar un finiquito injusto, que luego apelaron por ello a la dirigencia nacional del SITATYR, y quienes hace cosa de un año obtuvieron ya un fallo favorable con su pago correspondiente.

La tarde del 23 de octubre de 2014, un día antes de que me prohibieran el paso a Telecable en la hora que yo solía iniciar mi jornada laboral, su gerente en aquel entonces y la encargada de Recursos Humanos me mandaron llamar a la oficina del primero.  En el interior estaban también la mencionada Sofía Sandoval Ovando, quien era legalmente mi representante laboral ante la empresa, y el delegado del SITATYR en mi área, Juan Gabriel Herrera Del Ángel.  Cuando el del cargo gerencial me dijo aquello de «por no convenir ya a nuestros intereses te estamos haciendo esa propuesta para que le eches un vistazo», y me mostró un legajo de hojas grapadas donde se me ofrecía sólo una décima parte de lo que me correspondía conforme a derecho y al contrato colectivo que se supone me amparaba, por 17 años y medio de servicios prestados, me negué obviamente a firmarlo, porque además ni siquiera se me dio un solo motivo, una justificación escrita ni oralmente, por la cual me estuvieran echando de mi trabajo.  Antes de retirarme de ahí, les pregunté a una malencarada dirigente sindical y su acompañante si acaso no estaban ahí para defenderme, a lo que, literalmente cruzada de brazos, Sandoval Ovando simplemente alzó los hombros sin abrir la boca.  Me regresé a concluir mi jornada, pero en los dos días que siguieron ya no me dejaron entrar ahí.  «Nos dieron la orden de no dejarte pasar», dijo el personal de vigilancia de Telecable los dos días siguientes cuando me presenté como de costumbre, y así quedó registrado en el material audiovisual grabado con celular que acaba de ser exhibido como testimonial en la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje.  En ambas ocasiones llamé por teléfono al número de Sofía, esperando no sólo una explicación de su parte, sino que además cumpliera su deber de defenderme  y hacer valer mis derechos, pero sólo la primera vez entró la llamada, y sin escuchar una sola respuesta de su parte, me colgó.  Este año volví a verla: estuvimos cerca el uno del otro mientras yo cubría, como reportero, el acto público que encabezó tras su registro en calidad de candidata ante el IETAM, la ahora presidente municipal electa de Tampico, Magdalena Peraza Guerra.  Y es que Sofía fue incluida en su planilla y hoy es ya regidora «electa».

Sandoval Ovando está mencionada en la demanda laboral como testigo del despido injustificado de que fui objeto (tan injustificado, que la coartada alegada por los representantes legales de Telecable, desde que inició el proceso, va en el sentido de que a mí jamás me despidieron, y que incluso reconocen mi antigüedad laboral y todos los derechos y prestaciones reclamados por mí en el expediente abierto).  El abogado que me representa pidió la comparecencia de ella y los otros testigos mencionados para interrogarlos en sendas audiencias confesionales.  Dos de ellos, empleados de la empresa al momento de mi despido injustificado, ni siquiera se presentaron en la fecha que les correspondía comparecer.  Pero además, tampoco asistieron a dar su versión las personas que nombró, como supuestos testigos a su favor, el representante legal de la empresa, una falta que deja, en cuanto a esa diligencia del proceso, en calidad de «confesa» a Telecable.  A la actual regidora electa del ayuntamiento de Tampico, Sofía Sandoval Ovando, le toca comparecer como «testigo confesional» ante la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje en septiembre próximo, unos días antes de que asuma el cargo que ostentará, como representante ciudadana (como representante además del «sector obrero», velando por las garantías de los trabajadores), en el cabildo porteño.  La pregunta es: ¿acudirá al llamado, a atender el citatorio que le hace dicha instancia?  Y si lo hace, ¿mentirá?  ¿se arriesgará a mentir, con todas las implicaciones legales que ello conlleva?  ¿o simplemente preferirá no correr tal riesgo la munícipe electa que formará parte de la mayoría priísta en el próximo cuerpo edilicio?

 

Opinión

La economía y los pueblos mágicos 

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La economía, como concepto y como ejercicio cotidiano, suele parecer un territorio para especialistas. Sin embargo, cuando una institución pública decide abrir sus puertas a la discusión global, es posible apreciar que detrás de cada indicador, cada gráfica y cada decisión de política pública, hay implicaciones directas para la vida de los ciudadanos. La Semana Internacional de la Economía, organizada por la Facultad de Comercio y Administración Victoria de la UAT, dejó claro que Tamaulipas requiere de más diálogos como este: conversaciones serias, informadas y sin triunfalismos, que permitan comprender hacia dónde se mueve el país y cuáles son las rutas que podrían mejorar el futuro inmediato de la región.

Durante cinco días, del 10 al 14 de noviembre, académicos e investigadores de organismos nacionales e internacionales se presentaron ante estudiantes que, quizá sin saberlo, están siendo testigos de un momento crucial para México. El panel inaugural, dedicado a la transición energética y al nearshoring, reunió a voces que han seguido de cerca fenómenos que ya impactan a la industria, el comercio y las finanzas en la frontera noreste.

El Dr. Rafael Alejandro Vaquera Salazar, la Dra. Yolanda Villegas González y la Dra. Ruth Azucena Bordallo Favela expusieron un panorama en el que México y Tamaulipas enfrentan tanto oportunidades de inversión como desafíos regulatorios. La transición energética, más que un concepto aspiracional, se ha convertido en un reto inmediato que exige visión, infraestructura y decisiones responsables. El nearshoring, por su parte, continúa atrayendo movimientos corporativos que redefinen cadenas productivas completas y que obligan a las regiones a estar preparadas técnica, administrativa y laboralmente.

En otra jornada, el especialista del Banco de México, Dr. Leonardo Torre Cepeda, recordó algo que suele quedar rezagado en las narrativas políticas: sin productividad no hay crecimiento real. Su análisis regional sobre el periodo 2006-2025 evidenció que la mejora de salarios, la competitividad y la estabilidad económica dependen de manera directa del rendimiento laboral y de la capacidad para generar valor. Lo que expuso no es un pronóstico, sino una advertencia: la productividad debe asumirse como un proyecto de Estado, pero también como una responsabilidad social que involucra a empresas, gobiernos y universidades.

A lo largo de la semana se sumaron actividades que permitieron a los estudiantes contrastar experiencias e investigaciones con enfoques diversos. Desde el conversatorio con alumnos de intercambio, hasta el Panel de Egresados, la UAT mostró una comunidad académica que dialoga con el mundo y que busca ampliar sus horizontes. El Dr. Jorge Omar Moreno Treviño abordó la relación entre transporte público y brecha de género en el mercado laboral, mientras que el Dr. Nahuel Oddone, de CEPAL, habló de políticas de desarrollo productivo en México, un tema que sigue siendo un pendiente nacional.

El cierre incluyó un análisis subnacional de políticas productivas, a cargo del Dr. Ramiro Esqueda Walle y del Dr. Francisco García Fernández, y un taller peculiar pero necesario: “Economía que se entiende”, una introducción a la lengua de señas que representa el tipo de inclusión educativa que debería ser constante.

La Semana Internacional de la Economía no fue un acto protocolario; fue un ejercicio de actualización académica que resalta la importancia de que la UAT continúe vinculándose con organismos que tienen mucho que aportar al desarrollo regional. En un estado que enfrenta desafíos complejos, eventos como este permiten abrir el diálogo y preparar mejor a quienes estarán involucrados en la toma de decisiones públicas y privadas durante la próxima década.

En la intimidad…El sur de Tamaulipas vive un momento de reposicionamiento turístico. En Pachuca, durante la séptima edición del Tianguis Nacional de Pueblos Mágicos, la alcaldesa de Tampico, Mónica Villarreal Anaya, recibió la estafeta para que la ciudad sea sede en 2026 de uno de los eventos más relevantes de promoción turística del país.

Ante representantes del sector, Villarreal Anaya destacó la ubicación estratégica de Tampico, que funge como punto de conexión natural con la Huasteca y con los destinos emblemáticos de Tamaulipas, como Tula y Ciudad Mier. La alcaldesa aseguró que la edición 2026 permitirá consolidar la oferta turística de la zona sur, detonando la derrama económica para hoteleros, restauranteros, transportistas y prestadores de servicios.

Acompañada por Karime Cámara Chaín, titular municipal de turismo, la alcaldesa puntualizó que su administración ya trabaja con las instancias federal y estatal para garantizar condiciones de logística, movilidad y seguridad. El reto es considerable, pero también lo es la oportunidad: más de 170 pueblos mágicos del país confluirán en un mismo punto, llevando consigo cultura, identidad y comercio.

Tampico se prepara para recibirlos. Y esta vez, la responsabilidad no es solo organizar un evento, sino demostrar que el sur de Tamaulipas tiene la capacidad y la visión para consolidarse como un referente turístico nacional.

davidcastellanost@hotmail.com

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Opinión

Entre el desencanto y la oposición

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Por: Zaira Rosas
zairosas.22@gmail.com

Carlos Manzo fue uno más de los alcaldes que se sumó a la lista de ejecutados y
abatidos por el crimen organizado, sin embargo, su muerte no quedó como un
titular más, desde el pasado 1 de noviembre, después de recibir múltiples balazos
en medio de un evento público, frente a su familia y la comunidad, su muerte
resuena como una señal de desencanto ante la constante inseguridad del país.
Su trayectoria era una oposición en sí, pues, aunque formó parte de Morena por
corto tiempo, también mostraba una clara oposición a estrategias de seguridad,
pues su vida estuvo ligada en todo momento a múltiples eventos trágicos como la
pérdida de familiares y toparse constantemente con cuerpos inertes a manos de
grupos armados. Su propia historia fue la motivación para desear un espacio
distinto para nuevas generaciones, la seguridad era su prioridad y sabía el riesgo
que conllevaba.
Ahora su muerte es el símbolo de procesos de reclutamiento juvenil por parte del
crimen organizado, quien le disparó ni siquiera cumplía con la mayoría de edad,
prueba constante de cómo el crimen organizado busca múltiples maneras de
adiestrar a niños y jóvenes, quienes de igual forma terminan perdiendo la vida.
Carlos conocía las formas de operar, sabía que Michoacán era un terreno fértil
agrícola, pero también para la delincuencia y de ahí que sea un territorio constante
en disputa por los cárteles. Quien fuera alcalde de Uruapan había mostrado
públicamente su desencanto con el gobierno en turno y tenía su propio
movimiento, el del sombrero, mismo que hoy en día surge como una posible
oposición. En 2024 demostró que las candidaturas independientes podían vencer
al movimiento de regeneración nacional que, si bien había ganado fuerza a lo
largo y ancho del país, también hubo al menos 11 alcaldías independientes en
México que buscaban nuevas alternativas.
Recién celebrada la llamada marcha de la generación Z, esta surge como un
nuevo llamado de hartazgo sobre la violencia y la inseguridad, utilizó el sombrero
como símbolo de esperanza, pidió a las autoridades justicia sobre el asesinato de
Carlos Manzo, uno más de tantos servidores públicos que son abatidos a manos
del crimen organizado, sin embargo, en la marcha no solo hubo jóvenes
integrantes de la generación Z, la marcha fue multigeneracional, pues el llamado
de atención fue colectivo.
¿Fue una marcha organizada por la oposición? Es posible que sí, un espacio
aprovechado por partidos que llevan años queriendo retomar el rumbo y
aprovechan cualquier oportunidad para señalar las fallas del gobierno en turno,
pero también es cierto que la respuesta al llamado no es por desinformación, es

por la necesidad de un gobierno mejor que parece no presentarse bajo ningún
color. Hay un desencanto colectivo de quienes veían esperanza en un gobierno
del pueblo y que al igual que los anteriores solo se ha servido del pueblo,
principalmente en los niveles locales donde el pueblo viste Carolina Herrera,
derrocha opulencia en lugar de austeridad y con sobrada soberbia se saben
protegidos por un partido más.
La marcha del fin de semana tendrá su interpretación según el cristal con que se
mire, desde la represión que días antes acordonó la capital o de quienes se
quedan con disturbios generados por personas que incluso podrían no haber sido
realmente partícipes de una marcha o quizás representa un llamado de ayuda de
un porcentaje que vive en total amenaza por crímenes que no se resuelven y en
medio de un país donde persiste la impunidad.
Si incluso la presidenta es víctima de acoso ante los ojos públicos, si la seguridad
de quien cuida del país también está amenazada ¿no debería ser un llamado de
auxilio para todos?, la marcha puede pasar como una más, al igual que lo pudo
ser el asesinato de Carlos Manzo, sin embargo, de pequeños eventos suceden
grandes cambios y mientras haya quien se sume a la lucha quizás el desencanto
se pueda transformar en una verdadera acción de cambio.

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Opinión

El eco de Michoacán y la advertencia del norte

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Otra vez Michoacán. Otra vez el gobierno federal con el uniforme de la esperanza y el gesto de la autoridad. En 2006, Felipe Calderón bajó de un helicóptero para anunciar el “Operativo Conjunto Michoacán”, y con él, la famosa —y sangrienta— “guerra contra el narcotráfico”. Hoy, Claudia Sheinbaum presenta su “Plan Michoacán por la Paz” como la primera gran prueba de fuego de su administración.

Cambia el discurso, cambia el tono… pero el escenario es el mismo: un crimen que desafía al Estado, un gobierno que promete paz y un país que escucha, escéptico, los tambores que dicen no ser de guerra.

La presidenta evita cuidadosamente las palabras que marcaron la época calderonista. No habla de enemigos ni de “combates frontales”, prefiere hablar de reconstrucción, justicia y tejido social. Pero el lenguaje no cambia la geografía de la violencia: Michoacán sigue siendo el epicentro del temblor nacional, ese punto donde la realidad se impone a la retórica.

Y aunque el nombre del plan suene conciliador, en el terreno la narrativa se diluye. Los despliegues militares se multiplican, los retenes se endurecen, las operaciones llevan consigo la misma fragancia del pasado: la del poder que busca imponer orden sin entender que el miedo, en México, se volvió un idioma que todos dominamos.

Mientras tanto, el norte del país empieza a vibrar en una frecuencia muy parecida a la que en otro tiempo destruyó la estabilidad de Tamaulipas. En las carreteras que conectan los ductos y las terminales, los transportistas de combustibles han comenzado a vivir bajo amenaza. En los patios de carga, los hombres duermen dentro de las cabinas, cuidando más su tanque que su vida. El robo, la extorsión y los bloqueos son ya parte del paisaje cotidiano.

Y el murmullo crece.
El de los choferes, los empresarios, los sindicatos que empiezan a coordinarse, discretamente, cansados de pagar piso y de enterrar compañeros. Se oyen rumores de un paro en cadena, de una maniobra calculada para frenar el flujo de combustible… incluso del que surte a los aeropuertos. Un movimiento así —si ocurre— no sería solo una protesta: sería una sacudida económica capaz de poner a prueba la estabilidad de un gobierno que presume paz mientras su infraestructura energética se tambalea.

Tamaulipas ya conoce ese libreto. Lo vivimos cuando las carreteras se volvieron territorios prohibidos, cuando los policías locales dejaron de servir a la ley y empezaron a servir a sus verdugos. La historia se repite con la frialdad de quien no teme ser descubierta. Hoy, en las comandancias de algunos municipios fronterizos, se respira ese mismo tufo que precede a la infiltración: el silencio cómplice, las patrullas que desaparecen a ciertas horas, los informes que nunca llegan.

Sheinbaum promete no caer en los errores del pasado, pero las señales no son alentadoras. La “guerra” ya no se llama guerra, se llama plan; los soldados ya no son ejército, son Guardia Nacional; y las cifras, en lugar de cuerpos, son porcentajes cuidadosamente alineados en las conferencias de prensa.

En Palacio Nacional parecen convencidos de que las gráficas bastan para contener la realidad. Que mientras los números bajen, el país respira. Pero allá afuera, en las carreteras del norte, los transportistas saben que la estadística no frena balas ni impide cobros de piso. Y los michoacanos —esos que ya vieron este ciclo antes— saben que los planes por la paz suelen nacer de la guerra que se niega a ser llamada por su nombre.

Tamaulipas, durante el calderonismo, fue la advertencia que nadie quiso leer. Hoy vuelve a asomar su sombra: una frontera en tensión, policías divididos, crimen que se adapta más rápido que la política.

Quizá el gobierno no quiera escucharlo, pero el país entero siente ese rumor incómodo, el que anuncia que algo grande se está gestando bajo la superficie. Y cuando los camiones de combustible se detienen, cuando el rugido de los motores calla en señal de protesta, el eco no solo se escucha en las terminales o los aeropuertos: retumba en el corazón del poder.

Porque a veces, la historia no se repite por destino… sino porque el poder se empeña en no aprender de su propio espejo.

En la intimidad…  El rector de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT), Dámaso Anaya Alvarado, visitó la Escuela Preparatoria No. 3 con el propósito de extender el vínculo con su comunidad estudiantil, académica y administrativa, además de constatar los avances en infraestructura y desarrollo académico que impulsa este plantel universitario.

Durante su recorrido, realizado en el marco del programa “Un día con tu rector”, Dámaso Anaya fue recibido por la directora del plantel, Maribel Soberón García, junto con docentes y estudiantes, quienes compartieron los logros, proyectos y experiencias que distinguen a esta preparatoria.

El rector destacó la importancia de mantener un contacto directo con la comunidad universitaria escuchando de primera mano sus inquietudes y acompañando sus avances, como parte de una administración cercana y comprometida con todos los programas educativos de la UAT.

Como parte de su visita, constató el avance de la construcción de la techumbre en la explanada central, que servirá para actividades sociales, culturales y deportivas, y que forma parte del compromiso institucional de mejorar los entornos educativos y promover la convivencia estudiantil.
Asimismo, recorrió el centro de cómputo, recientemente modernizado con 40 nuevas computadoras de última generación y tres pantallas interactivas instaladas tanto en el área de cómputo como en aulas del plantel.

Durante su estancia, el rector conoció al grupo del programa bilingüe, una de las principales fortalezas académicas de la Preparatoria No. 3, que permite a los jóvenes cursar diversas asignaturas en inglés, fortaleciendo sus competencias lingüísticas, comunicativas y de liderazgo desde el nivel medio superior.

El rector expresó su reconocimiento al trabajo de los docentes y al esfuerzo de los estudiantes que participan en este programa, reiterando su interés en fortalecer la enseñanza del idioma inglés y en promover el desarrollo integral del estudiantado de este nivel educativo.

En otro punto del recorrido, sostuvo un diálogo cercano con el personal docente que participa en el curso de homologación de Unidades de Enseñanza-Aprendizaje, quienes compartieron sus experiencias y reflexiones sobre los procesos de enseñanza en el nivel medio superior. Asimismo, visitó las aulas, el laboratorio de ciencias, estands de emprendimiento estudiantil y diferentes espacios del plantel, donde convivió con alumnos destacados, reconociendo su entusiasmo, talento y compromiso con la comunidad universitaria.

Con esta visita, el rector reafirma su compromiso de impulsar una educación media superior de calidad, cercana y transformadora, centrada en el crecimiento académico, humano y social de sus estudiantes, fortaleciendo con ello la misión institucional de servir con excelencia a la sociedad tamaulipeca.

davidcastellanost@hotmail.com
@dect1608

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Opinión

“La bomba sobre ruedas”

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A los verdaderos jefes de las corporaciones de tránsito en el sur de Tamaulipas -los que deciden con un billete o una llamada a quién dejan pasar—: por favor, hagan conciencia.

No vendan el orden vial por unos pesos.
No sean cómplices de una tragedia anunciada.
Porque cuando una de esas “dinamitas con ruedas” se lleve de filo un autobús lleno de estudiantes o una familia completa, no bastarán los comunicados de condolencias en redes sociales con cientos de likes.

Este martes otra vez un tráiler quedó atorado en el paso a desnivel frente al Hotel Posada de Tampico.
Una vez más, la autoridad se hizo de la vista gorda.
Y de nueva cuenta, la vida de cientos de ciudadanos estuvo en riesgo por culpa de una red de omisión, corrupción y negligencia que hoy gobierna las calles de la zona metropolitana de Tampico.

Las direcciones de Tránsito y Vialidad de Altamira, Ciudad Madero y Tampico son un desorden con uniforme. Nuevamente como en el 2010 y antes, han perdido el control del tráfico pesado, permiten el paso de unidades de carga a cualquier hora, y con ello, han entregado la gobernabilidad vial a los transportistas.

Hoy los verdaderos jefes de la calle no están en los palacios municipales; manejan tráileres de 30 toneladas que cruzan avenidas no permitidas, mientras los oficiales solamente los observan —y quizás, alguien ya les cobró— desde la sombra.

Los titulares de Tránsito y Vialidad de los tres municipios conurbados, y si la línea de mando lo exige, la responsabilidad alcanza a los secretarios de los tres ayuntamiento Carlos García, Héctor Marín, y José Francisco Pérez Ramírez; de Tampico; Ciudad Madero y Altamira, respectivamente. Porque cuando la autoridad calla, consiente lo ilegal.

Atención que si la complacencia continúa, será cuestión de tiempo para que aquí ocurra una tragedia como la de Iztapalapa, donde un camión cargado con gas explotó y destrozó una colonia entera. En Tampico, Ciudad Madero y Altamira los “socavones” son heridas abiertas en el pavimento, y el tránsito pesado pasa sobre ellas todos los días. Nadie regula, nadie corrige. En cualquier momento la tierra puede ceder y detonar el desastre.

El sur industrial se mueve con combustible, acero, cemento y amoniaco. No se trata de frenar la economía ni de cerrar los puertos; se trata de poner orden; de fijar rutas, de sancionar, de reeducar al chofer y al mando.
Porque la opacidad también mata, y los tres gobiernos municipales lo saben.

El reto de los alcaldes no es menor o controlan a los tráileres, o los tráileres seguirán controlando a las ciudades.

En la intimidad… El gobernador Américo Villarreal Anaya expresó todo su respaldo a la Estrategia de Proximidad y Labor Social para la zona sur de Tamaulipas, que este día presentó el coordinador territorial de la Guardia Nacional Región Golfo, general Ignacio Murillo Rodríguez, la cual se llevará a cabo en seis municipios de esta zona sur de Tamaulipas.

Al presidir la sesión itinerante de la Mesa de Paz, acompañado por la presidenta del Sistema DIF Estatal, doctora María de Villarreal, en las instalaciones de la Expo Tampico, en donde también asistieron integrantes de la Mesa Ciudadana de Seguridad y Justicia, el mandatario estatal expresó que esta reunión de trabajo es un ejemplo de la unión y participación que se tiene en Tamaulipas para lograr mejores oportunidades y tiempos de solución de los problemas.

«En Tamaulipas, estamos echados para adelante y queremos seguir avanzando y significar a nuestro estado en cada uno de los rubros que se evalúan a nivel nacional como una entidad que se distingue por su capacidad de trabajo, de organización y de aportar también a las grandes decisiones que se toman desde el gobierno federal, hoy comandado por nuestra gran presidenta, la doctora Claudia Sheinbaum Pardo», dijo.

«Estamos atentos de sumarnos con estas iniciativas que usted nos hace el favor de presentarnos el día de hoy y poder tener seguramente mejores resultados e indicadores de los que aquí se han mostrado con la implementación de estos nuevos programas», agregó.

A nombre de la Mesa Ciudadana de Seguridad y Justicia, Jorge Charles Coll, dio la bienvenida a esta iniciativa y expresó la disposición de la organización para sumarse y trabajar en conjunto para que la zona conurbada siga manteniendo los mejores resultados en seguridad.

En la reunión también participaron: Miguel Rivas Hernández, comandante primera zona naval; Newton Manuel Chávez, comandante de la 48 zona militar, y Adolfo Amparán Hernández, coordinador estatal de la Guardia Nacional en Tamaulipas entre otras autoridades.

davidcastellanost@hotmail.com
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