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Tres muñequitos de LEGO, astronautas a la conquista de Júpiter

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En medio de los cinturones de radiación de Júpiter, el planeta más temible, peligroso y letal de todo el sistema solar, se encuentran ahora tres singulares, pero inertes astronautas: se trata de figurillas de Lego que representan al dios de la mitología griega que da nombre a la estrella, a su consorte, Juno, y al astrónomo Galileo Galilei, el primero que se tomó el tiempo de estudiar, tan solo con su telescopio, a aquel gigante gaseoso.

A unos mil millones de kilómetros de distancia del planeta tierra, hechos no de plástico, como el tradicional juguete infantil, sino de aluminio procesado y refinado para que no interfiera con los equipos y tecnología de la sonda espacial en la que viajan, y con un costo de fabricación de 15 mil euros, los muñequitos de Lego no son los primeros en viajar fuera de la tierra (ya se había enviado otros a la estación espacial internacional), pero sí los primeros a los que se envía hacia un planeta, y es ni más ni menos que al más grande y peligroso de todos.

De terror para cualquier ser humano es la odisea que protagonizan desde ahora la sonda y sus simbólicos protagonistas: un descomunal campo magnético que genera el ataque de electrones convertidos en auténticos proyectiles para cualquier objeto inmerso en dicha actividad radiactiva, el ingreso por el polo norte de Júpiter a una distancia de la superficie inferior a la que separa a los satélites de telecomunicaciones de la tierra, y el desplazamiento a una velocidad de 250 mil kilómetros por hora alrededor de aquel planeta.

Tras 5 años de una travesía iniciada cuando despegó de la tierra, en agosto de 2011, la sonda espacial Juno, de la NASA, ha llegado faltando sólo 6 minutos para las cero horas de este martes (tiempo del este de los Estados Unidos) a la órbita de Júpiter, el planeta más grande de todo el sistema solar y cuyo volumen es mil 321 veces superior al del nuestro.

La misión, que lleva el mismo nombre del artefacto espacial, consiste en que la nave no tripulada capture imágenes de la más alta resolución y nunca antes vistas de aquel planeta, para lo cual Juno deberá darle 37 vueltas desde el centro de sus cinturones de radiación y a 5 mil kilómetros de su superficie, distancia que a pesar de estar muy alejada del suelo planetario, es apenas una décima parte de lo alejadas que estuvieron las 9 sondas que habían sido enviadas anteriormente.

Además, la sonda espacial, primera en funcionar con paneles solares que es enviada hasta allá, medirá los campos magnéticos de Júpiter, así como el agua y oxígeno que pudiera haber en su atmósfera, y creará un mapa de la gravedad del planeta para que se pueda estudiar sus campos gravitacionales.

Júpiter, compuesto en su mayoría por hidrógeno y helio, con 60 lunas orbitando alrededor suyo y cuya rotación sobre el propio eje dura apenas diez horas, es considerado, además de temible y altamente peligroso, todo un gigante gaseoso, tal como muchos de los planetas descubiertos más allá de nuestro sistema solar, de modo que buena parte de la misión, que tomará 20 meses, servirá para comprender mejor la composición y actividad de aquellos otros mundos.

(Fuentes: Diario El País y Agencia Reuters.  Imágenes y Gráfico: NASA)

 

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