Nunca antes un cambio de gobierno, y nos referiremos a los municipios de Tampico, Madero y Altamira, al ser los de nuestra comunidad, porque hablar del cambio en el Gobierno del Estado de Tamaulipas, requiere dedicarle un solo espacio, nunca antes se ha sentido tan en la mira como en otras ocasiones.
El entregar la estafeta del municipio a un amigo o compañero de partido, les daba a los alcaldes esa protección de que no les iban a mover o investigar la forma en que llevaron sus Administraciones Municipales.
La presión que ejercieron miles de ciudadanos en las urnas para quitar a quienes los habían gobernado por mucho tiempo, una parte fue por moda y la otra también por la promoción que se le dio al hartazgo generalizado de toda la gente que observa desde la pobreza de sus casas, el enriquecimiento de unos cuantos.
En Ciudad Madero, Esdras Romero, fue fugaz al dejar el cargo a su compañero del sindicato Mario Neri, quien también se pasó gran parte del tiempo que le restaba a la Administración Municipal oculto en algún lugar de la ciudad.
Se dejaron obras inconclusas como el re-encarpetado de la avenida Francisco I. Madero, el cual abandonaron por completo y la continuación de la ampliación de la misma vía.
Se ignoró por completo el problema de la Plaza Principal de Ciudad Madero y a Playa Miramar la tomaron solo por temporadas, sin establecer un proyecto definido y abandonaron el costoso malecón. Sin pena ni gloria esta Administración Municipal de Ciudad Madero.
En Altamira, el dinero fue el problema del alcalde, además de la nula sensibilidad con su municipio.
Armando López Flores, a los pocos meses de que tomó el cargo, empezó a llorarle al dinero que no tenía, que no alcanzaba, que se tenían que tomar prioridades para completar los gastos.
Ante esto se dejó de apoyar a escuelas, se redujeron programas de becas, programas de arreglo de calles, ya nadie arregla calles, por mencionar algunos conceptos, pero no se tocaron los sueldos ni las compensaciones ni del alcalde y mucho menos de síndicos y regidores.
Se les redujo el sueldo a funcionarios de primero y segundo nivel, además de que corrieron a poco más de mil personas que ellos mismos contrataron y que después dijeron que no eran tan necesarios y en esta semana eliminaron a casi 500 aviadores y después salieron a recomponer que no eran aviadores que solo no estaban registrados.
En Tampico Gustavo Torres Salinas tiene la duda de las obras y proyectos grandes que iniciaron con un costo y presupuesto y que después debieron ampliar “por detalles que no habían sido contemplados”.
Como ejemplo, la calle semi-peatonal Carranza y el mercado por mencionar dos además de que éste último proyecto se enmarcó con su necedad y una aparente presión para ejercer la obra en favor de una compañía constructora que tiene malos antecedentes.
Sumarle las observaciones de la mala aplicación de recursos federales en obras donde no se necesitaban y que cuando se le cuestionó sobre el tema al alcalde se molestó sobremanera.
No por nada Magdalena Peraza en una entrevista dijo que espera que no le dejen los mismos problemas financieros que los que recibió con Oscar Pérez Inguanzo.
Las nuevas Administraciones tienen el compromiso de responder a lo que promocionaron en campaña… basta de abusos, desvío de recursos, corrupción y enriquecimiento desmedido y descarado… eso es lo que también espera la ciudadanía.