El anuncio del presidente Enrique Peña Nieto sobre una reforma a la Constitución y al Código Civil Federal para permitir los matrimonios igualitarios y la adopción de menores por parte de estas parejas, generó polémica y la reacción de grupos conservadores que reafirmaron su postura hacia un matrimonio entre un hombre y una mujer.
La Unión Nacional de Padres de Familia (UNPF) calificó la propuesta como “una imposición de ideología, más que como un derecho humano”, mientras que el Consejo Mexicano de la Familia señaló que la iniciativa de Peña Nieto apoyada por su partido político lo posicionan en una situación anti-familia que violenta la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) señaló en un comunicado que “no existe ningún fundamento para asimilar o establecer analogías, ni siquiera remotas, entre las uniones homosexuales y el designio de Dios sobre el matrimonio y la familia».
Consuelo Mendoza, presidenta de la UNPF, afirmó que “la protección de la familia natural no debe ofender a nadie”. Además hizo un llamado al presidente de la República a no hacer caso de los grupos de presión que a su consideración solo buscan imponer su agenda.
La organización expresó en un comunicado que la propuesta es radicalmente opuesta a la opinión de más de 240,000 ciudadanos que se sumaron a la iniciativa de Reforma Constitucional Ciudadana sobre el matrimonio natural y la familia natural, presentada el pasado febrero en el Senado.
Del mismo modo se expresó el Partido Encuentro Social (PES), al refrendar que ven al matrimonio como la unión de dos personas del sexo complementario.
(expansión)