Hay una frase que me cautiva: “Una persona cambia por tres razones: 1.- Porque aprendió demasiado; 2.- Porque ha sufrido suficiente y 3.- Porque se cansó de lo mismo.”
Para este viejo campesino lo importante es que juntos aprendamos que la divisa es el cambio; es una infalible ley de vida; su base es atreverse a iniciarlo, recordando que los abismos no se cruzan a pasos… sino de un gran salto.
Confucio afirmó:
“Quien pretenda una felicidad y sabiduría constantes, deberá acomodarse a frecuentes cambios”
Hay un cuento que parafraseo: “El zapatero remendón del pueblo falleció; cuando sintió que su alma levantaba vuelo, vio a un Ángel, al acercársele a éste le dijo:
—Le doy gracias a Dios por haberme traído al cielo.
—¿Al Cielo? –inquirió el Ángel
—¡Sí! al Cielo –inquirió el modesto zapatero.
—Pero si el cielo es de dónde vienes”
La moraleja es hermosa, HOY haz tu tarea con tal pasión, desarrolla tu vida con tal emoción y de tal manera, que innoves un profundo cambio en tu existencia, que haga que sea el “Cielo… en la Tierra”
Para ello requieres vibrar con la poderosa frecuencia que generan los pensamientos positivos, que te conducen a tener altura de miras; una visión de gran calado, que te haga pensar que sí se puede, a creer en ti y a luchar por lo que quieres.
El Cielo está al alcance de tu mano, sólo requieres trabajar para gozar de una reconfortante paz con la vida, paz con la gente que te rodea y paz con tu interior, que en conjunto trae armonía a tu existencia y te conducen a luchar por lo que amas, a valorar lo que eres y tienes.
Recuerda que la vida no cambia, ¡CAMBIAS TÚ!, así que DATE PERMISO DE cambiar, de reconciliarte con el pasado a través de la magia del perdón; es el perdón altamente terapéutico, que por una parte te ayuda a desechar lo que te daña y por otra es dos veces bendito, bendice a quien perdonas y te consagra a ti, que te das el permiso de soltar viejos dolores.
Nelson Mandela afirmó: “No hay nada […tan maravilloso] como volver a un lugar que permanece sin cambios, para descubrir cómo has cambiado tú.” Así que HOY, consiente disfruta con quienes te quieren, la fiesta de la vida y al hacerlo, permite que fluya como agua de manantial y se revele el poderoso ser de luz tan maravilloso, como espectacular que eres.
Recuerda que eres mucho más que sólo materia; date un espacio y permiso de tomar conciencia de no vivir todo el tiempo en la espiritualidad, tampoco coexistir sólo en el mundo terreno.
El secreto es que con una profunda disciplina, trabajes en la armonía, en un sabio equilibrio, que te ayude a propagar tus potencialidades, a explotar adecuadamente tu energía y dones, para consagrar tu poder y luz, para lograr que vayan de la mano tu crecimiento físico y evolución espiritual; te sorprenderás con los resultados, con las bendiciones y los milagros que llegarán a ti.
Cuando buscas el poder, sólo en el mundo material, tu visión de la vida puede ser fuerte, pero parcial, HOY DATE PERMISO de entender que hay a tu disposición un ilimitado poder en el mundo espiritual, que es tan grande como sencillo y el viejo Filósofo lo simplifica en:
“Ser agradecido…es el camino a tu abundancia; Orar…es la ruta con el encuentro con tu divinidad; Meditar…es el pasaje a la paz interior; Dar…es la vía regia para recibir, pero multiplicado; Ser humilde…es la senda que Jesús nos enseñó; Amar…es el sendero maravilloso para trascender; Perdonar…es el camino para soltar lastre y levantar vuelo; y Sonreír…que es la forma de traslucir que en tu interior, hay un alma en plenitud que se goza en los milagros y bendiciones de la vida, que te conectan con la abundancia y la prosperidad”
A propósito el Filósofo de Güémez, platicaba con el “Pipo”:
— Ha de saber compadre, que mi toro ya no podía con las vacas, pero el veterinario le dio un jarabe, que lo arregló todo. Ahora monta hasta 3 veces a cada vaca.
— ¡Oye…! y ¿Cómo se llama ese tónico?
— ¡No sé! –dice el Filósofo– ¡¡PERO SABE A MENTA!!
