Opinión

El Filósofo de Güémez / Pues no sabe usted…

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Aristóteles Onassis, afirmó con sobresaliente sapiencia: “Tal vez yo no aprenda todas las lecciones necesarias. Pero tendré la conciencia que las verdaderas enseñanzas ya están grabadas en mi alma”

Y es que según mi rural entender, es en el alma, en donde se resguarda la íntima sabiduría de las manos que nos crearon; por ello, a la par que avanzas en el camino fortaleciendo tu cuerpo, date tiempo para cultivar tu alma, es la cuna de los valores y de las mayores virtudes, que te dan aire para que despliegues tus alas al viento, es el soplo Divino que te sostiene para seguir siempre adelante.

El alma es tan sabia, que habla a través de una mirada; los ojos son la puerta de acceso, la llave, es una chispa de amor incondicional, que cuando brota espontáneamente, se engrandece, pues “ni cansa, ni descansa… ni se cansa”

Cuando contactas con tu alma, te lleva a no extraviar el camino, sabiendo que vas de paso, te invita a viajar ligero de equipaje, te conduce a volar por el mundo, a encontrarte con la esencia del cielo y las estrellas, con el poder de las sierras y montañas, con la fuerza de las tormentas y los mares, a reencontrarte con la razón de la estupidez de las guerras y la sinrazón de la violencia.

Al final de cada jornada, el secreto es que aprendas que la vida es un ejercicio acierto-error, cuando te das tiempo para estar en contacto con tu alma, no te arrepientes de las tristezas y los errores, –te conducen a aprender–, ni te vanaglorias de tus alegrías y los aciertos –te llevan a crecer–, la clave es que en tu alma siempre haya paz, armonía, equilibrio y tranquilidad.

HOY date la oportunidad de fascinar tu alma; habla de tus alegrías, canta a la vida, cuenta tus sueños, haz la cuenta despacito de cada una de tus bendiciones, vive con sana alegría, sin saber ¿Cómo o por qué?, te desharás de infinidad de preocupaciones y de problemas imaginarios, tirarás el lastre generado por el miedo, la tristeza, la soledad, el abandono, la crítica y la ansiedad.

Contactar y cautivar a tu alma, te lleva a no renunciar a tus sueños, a cambiar positivamente la forma de observar la vida, te conduce a gozar el HOY, viviendo con calidad y calidez, a crear con el racimo de tus emociones, un universo espectacular y mágico, que te recuerda: “Si lo puedes creer… lo puedes crear”

En el tránsito por la rica tersura de ésta carnalidad, el secreto del sano equilibrio, es armonizar con el bálsamo generado por el amor incondicional, el recinto sagrado de tu cuerpo, con el templo de Divino de tu alma… te sorprenderás con los resultados.

Entonces reconocerás la grandeza dimensional de tu ser, entenderás que la sabiduría de tu alma te invita a vivir el HOY con la plenitud del Sol, “Pues el pasado no tiene nada nuevo que enseñarte, ya quedó atrás, no vuelvas por él, si Cenicienta hubiera regresado por su zapatilla… no se habría convertido nunca en princesa”

El buen sentido del humor, brota del manantial del alma y te libera de la tristeza y el dolor. Resulta que “Un Rabino y un Sacerdote departían en un ambiente fraternal los sagrados alimentos.

— ¡Mire usted!, señor Rabino, qué carne de puerco tan exquisita nos han servido… Pero creo que ustedes los judíos no la prueban.

—Así es Padre… ¡la tenemos prohibida!

— Pues no sabe usted… de lo que se pierde -espeta pícaramente el sacerdote- chupándose los dedos.

Al poco tiempo la charla converge en el tema del matrimonio.

— ¡Mire usted Padre! –exclama el Rabino– el matrimonio en verdad que es extraordinario… Pero parece que ustedes no se casan.

—Así es señor Rabino… ¡lo tenemos prohibido!

— Pues no sabe usted… ¡DE LO QUE SE PIERDE!1

1humor con agua bendita

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