Más de 1550 kilómetros cuadrados de pastizales en Oklahoma y Kansas fueron arrasados por un incendio forestal que hasta este viernes continúa sin ser controlado y amenaza con consumir zonas residenciales.
Stan May, quién es el capitán del Departamento de Bomberos de Tulsa, dio el dato de que hoy más de 100 bomberos de siete diferentes departamentos combatirán las llamas.
También alertó que los vientos fuertes que se han pronosticado para este viernes podrían mantener en condiciones adversar a los esfuerzos de controlar el fuego.
Autoridades sospechan que esto inició el miércoles al norte de la comunidad rural de Camp Houston, que se encuentra en el centro norte de Oklahoma al sur de la frontera con Kansas. Dichas llamas se extendieron con velocidad en los últimos días impulsadas por el viento de 80 kilómetros por hora y las condiciones secas.
Hasta ahora ha destruido dos casas en las afueras de la comunidad Medicine Lodge, Kansas, haciendo que las autoridades emitieran una orden de evacuación voluntaria a la población de más de dos mil habitantes esperando la mejora de condiciones.
Fuente: 20 minutos