Opinión

El Filósofo de Güémez / “Chavela” Vargas

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Rabindranath Tagore con meridiana sabiduría afirmó: “La vida es la contante sorpresa de saber que existo” Comento lo anterior, debido a que la presente semana la vida me sorprendió –una vez más– al conocer a Guillermo Sánchez Guzmán “Memus” un joven “cachanilla” sencillo, amable, brillante, enamorado de la primavera de la vida, en donde explaya su natural talento como cantante, compositor, arreglista musical, conferencista… como un sabio sembrador de amigos.

Gracias a su talento y excelente oficio para las relaciones públicas, en la bella ciudad de Tlacotalpan, Ver. –declarada Patrimonio de la Humanidad– se realiza ésta semana un homenaje, en el que la esposa del ‘Flaco de Oro’ Yolanda Santacruz Gasca «Yiyi», entrega merecidamente la Medalla que lleva el nombre de Agustín Lara, al excepcional canta autor mexicano, Juan Gabriel; con quien “Memus” lleva una sólida amistad.

Amistad, que ha sabido cultivar con quienes tenemos el gusto de cruzar por su vida, entre ellos supo mantener también con la principal expositora de la música mexicana en el extranjero: Isabel Vargas Lizardo “Chavela Vargas”, con quien convivió cercanamente en los últimos años de su vida, misma que lo llevó a conocer a éste genio musical, en lo más íntimo de su ser.

En Xalapa, la hermosa Atenas veracruzana, en la presente semana “Memus” dictó una interesante Conferencia sobre la vida de tan afamada canta autora, que aunque nacida en Costa Rica, orgullosamente se consideraba mexicana, mujer que con valor rompió viejos paradigmas.

En su Conferencia Magistral comentó que: “La dama del Poncho Rojo, que desafió al machismo mexicano, ‘Chavela’ Vargas afirmaba: La música no tiene fronteras, pero sí un final común: el amor y la rebeldía, nadie se muere de amor, ni por falta… ¡ni por sobra!…”1

Atrapando al auditorio con un lenguaje sencillo, coloquial, pleno de su talento innato, el brillante conferencista dijo:

— “Joaquín Sabina, conoció a ‘Chavela’ Vargas, en la primera fecha en la que participó en la Madre Patria, en la Sala Caracol de Madrid, España; en su resurgimiento con más bríos, donde se empoderó del escenario con una actuación con la que –como siempre– cautivó a los asistentes.

“Chavela” con esa magia musical, en la que cantaba a la vida y a la muerte, al amor y al desamor, tuvo el poder de atraer de entre los asistentes a Joaquín, quien se dirigió al camerino, al encuentro con quien sería una de las más hermosas amistades de su vida.

Sabina, sin presentarse, al verla, le pica la espalda preguntándole: — ¡Señora! ¿Usted es la que acaba de cantar?

“Chavela” Vargas, que no conocía a Joaquín Sabina, le respondió: — ¡Y a usted que ‘ingaós le importa…!

— ¡Vete al carajo! –le replicó Sabin– entablándose una agria discusión, en la que de la boca de ambos, afloraron por su lengua, las voces golfas y tangenciales, con palabras altisonantes y non santas; al poco rato Sabina, recapacita y pide a “Chavela” disculpas por no haber sido un caballero.

El destino, que confirma que las almas no se cruzan por casualidad, hizo que entablaran un tan fecundo como agradable diálogo, del que emanaría una fraterna amistad, que trascendería el tiempo y el espacio. En uno de sus diálogos Joaquín le pregunta: — ¿En dónde vives?

Ella, sin mediar reflexión alguna le respondió: — ¡En el boulevard de los sueños rotos! frase que como una poesía a la vida, ‘dio pie’ a Sabina para componer una genialidad de canción, que es un homenaje a la amistad, que con el paso del tiempo, sólidamente se entreveró en ellos. Así nació la siguiente canción:

 

“En el boulevard de los sueños rotos

vive una dama de poncho rojo,

pelo de plata y carne morena.

mestiza ardiente de lengua libre,

gata valiente de piel de tigre

con voz de rayo de luna llena.

Por el boulevard de los sueños rotos

pasan de largo los terremotos

y hay un tequila por cada duda.

Cuando Agustín se sienta al piano

Diego Rivera, lápiz en mano,

dibuja a Frida Kahlo desnuda.

Se escapó de cárcel de amor,

de un delirio de alcohol,

de mil noches en vela.

Se dejó el corazón en Madrid

¡Quien supiera reír…

Como llora ‘Chavela’!

Por el boulevard de los sueños rotos

desconsolados van los devotos

de San Antonio pidiendo besos

ponme la mano aquí Macorina

rezan tus fieles por las cantinas,

paloma negra de los excesos.

Por el boulevard de los sueños rotos

moja una lágrima antiguas fotos,

y una canción se burla del miedo.

Las amarguras no son amargas

cuando las canta ‘Chavela’ Vargas

y las escribe un tal José Alfredo.”

 

“En el libro ‘Las Verdades de ‘Chavela’, escrito por la cantante, Ana Paula Meza y María Cortina se aclara: — Ni Isabel, ni Chavelita: ¡‘Chavela’! así con ‘v’, nomás por (‘ingar), sólo por no escribir su nombre… ¡como las otras Chabelas!”.2

1http://quo.mx/10-cosas-que/2012/08/05/la-vida-de-chavela-vargas-en-10-datos

2http://www.chilango.com/cultura/nota/2012/08/01/chavela-vargas-la-dama-de-los-45-mil-litros-de-tequila

1 Comment

  1. Rosa Elena Sosa Juarez

    16 marzo, 2016 at 22:33

    Cuando le dijeron que ella no era mexicana xq nació en Costa Rica, Chavela contestó: los mexicanos nacemos donde se nos da la chingada gana!!!!

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