Los enfrentamientos continúan en respuesta al desalojo de los campamentos. Sin embargo, el Gobierno galo asegura que el objetivo no es expulsar a los inmigrantes, al contrario, pretenden mejorar sus condiciones de vida trasladándolos a una zona de viviendas móviles muy cerca del actual campo y que tiene capacidad para 1.500 personas. Incrédulos, varios refugiados se niegan a dejar el lugar por el miedo a no tener a dónde ir.
Un sector del campamento de Calais terminó incendiado tras la ejecución de una orden judicial. Por la noche hubo ataques a camiones que iban a cruzar el Canal de la Mancha. Hay policías heridos.
El canal de televisión «France 2» indicó que cuatro personas fueron detenidas por los altercados de los inmigrantes que irrumpieron hacia medianoche en las carreteras próximas al campamento conocido como «la jungla», y que varios policías resultaron heridos leves.