Se rigen por frío y la lluvia

El Nuevo Laredo con siembras de temporal ya no existe, pero aquellos que sembraron y cosecharon aun recuerdan sus métodos basados en las cabañuelas

Hombre de campo durante toda su vida, ofrece un panorama sobre el significado de las cabañuelas para el presente año, por lo pronto indica que de acuerdo a los dos primeros días, enero y febrero serán de lluvia y frío.

Roberto García Garza, conocido en la ciudad como “beto papalotes”, por la labor que realiza en la colocación de papalotes y bombas sumergibles, ofreció a este medio informativo algunos datos sobre estas cabañuelas, utilizadas preferentemente por los campesinos.

“Precisamente las cabañuelas iniciaron el primer día del año, es decir del 1 al 12 de enero, cada día de estos representa un mes del 2016 de acuerdo a como se presente el clima se asegura será en cada mes del año, de acuerdo a las condiciones que privaron el primero y dos de enero, seguramente el resto de este mes y de febrero será lluvioso y con frío”, afirmó García Garza.

Después del 13 al 24 de enero, se realiza la segunda fase de las cabañuelas, ahora el 13 será diciembre, el 14 noviembre y así en forma descendente hasta que el 24 corresponda a enero.

Pero esto no termina ahí, porque a partir del 25 y hasta el 30, que son seis días, siguen las cabañuelas ahora el 25 será durante medio día enero y el otro medio día febrero, así hasta llegar al 30 de enero que corresponderá medio día a noviembre y el otro medio día a diciembre.

“La luna siempre ha jugado un factor importante en la vida de los campesinos, por ejemplo en Nuevo Laredo, en los tiempos en que se sembraba temporal la luna buena para la siembra era la luna nueva de febrero, pero volviendo a las cabañuelas finalmente el 31 de enero la contabilidad continua ahora al derecho y al revés, utilizando horas y minutos”, comentó García Garza.

Hombre de campo, tiene en su hogar la forma de medir la cantidad de lluvia que cae en la ciudad, por ello comentó que durante los dos primeros días de enero fueron 2 pulgadas y tres décimas las que cayeron de agua en Nuevo Laredo.

Por Feliciano Diéguez