Opinión

El Filósofo de Güémez / Es que para darle una `inche patada….

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Hoy comparto con usted una hermosa frase: “Los mejores doctores en el mundo: Luz del sol, trabajo, descanso, ejercicio, dieta, confianza en ti mismo, fe, amigos, soñar, amar, sonreír y ser feliz.”

La luz solar es fundamental para tu vida, equilibra tu salud, es un medicamento que la naturaleza pone a tu disposición, que al unirse con la luz de tu Maestro Interior fortalece tu sistema inmunológico, debilita el estrés, aumenta tus defensas y procesa la vitamina “D” mejorando sustancialmente tu capacidad física y la calidad de tu vida.

Por otra parte es una bendición que el paso del tiempo te encuentre siempre ocupado trabajando haciendo algo creativo, cuando unes talento y trabajo, haces de tu trabajo una dulzura, un arte de vida que disfrutas plenamente, en verdad que no trabajas, vives la vida plenamente y te das cuenta que “no hay crisis que aguante 12 horas de trabajo”

El saber descansar sin excederse no es un lujo, es un arte que se goza plenamente cuando has trabajado con pasión y emoción disfrutando tu tarea entonces te encuentras contigo mismo, y sientes como tu alma está en paz.

Ejercitarte físicamente te ayuda en tu crecimiento físico, a que vivan en armonía tu mente y cuerpo, te enseña a sacrificarte, a inspirarte, a no rendirte, generando confianza en ti mismo, elevando tu autoestima, motivando tu vida, aprendiendo a intentar siempre ir más allá de tus limites, buscando con determinación cada día ser mejor, ayudándote a establecer metas y a pensar positivamente.

Cuando tu instinto animal fluye con la naturaleza entiendes el valor de una dieta equilibrada, correcta y nutritiva, entiendes que tu dieta y tu espíritu van de la mano, entonces te das tiempo para cuidar el recinto sagrado que Dios te dio: tu cuerpo, “mientras el mundo vive para comer… tú comes para vivir”.

Cuando viajas por el Universo con los ojos del espíritu abiertos, y pleno de confianza –como el primer secreto de la prosperidad– entiendes que la vida está hecha a tu medida, porque la síntesis de confianza es CON FE que significa Fuerza Espiritual y un hombre con fuerza espiritual siempre irá mar adentro en la búsqueda de nuevas oportunidades.

Nada puede conseguirse sin FE, la FE abrillanta el alma, es producto de un ser en evolución, que entiende el significado de la vida, quien no tiene FE, aunque tenga poder y dinero está vacío, aunque viaje acompañado está solo; un ser lleno de FE siempre está preparado para ir al encuentro de su destino aunque no vea la totalidad del camino.

Quien tiene un amigo ha encontrado el sentido de la vida, porque cuando llegan los densos nubarrones, acude a ti sin que lo llames, siempre está a tu lado, tiene la virtud de enriquecer tu alma; a mi edad “no deseo muchos amigos negativos, busco pocos… y buenos”, los amigos los construyes en tu prosperidad y los conoces en el infortunio…son un cálido camino a la felicidad.

Vivir sin soñar es extraviar tu brújula de la existencia, soñar, te acerca a DIOS, ata tu vida a una estrella, despierta tu aliento divino, creando una visión positiva del futuro, ninguna obra espectacular se ha hecho sin haberla soñado antes, porque “estamos hechos de la misma materia de los sueños”.

Amar, principia con amarte a tí mismo, es una emoción altamente terapéutica, no hay mayor desgracia que la de alguien que no ama, ni permite ser amado, amar es fuente nutriente que tiene la magia de trasformar tu vida en una obra maestra.

Sonreír, “en ocasiones es llorar con bondad” pero en la mayoría de las veces es una manera sencilla, pero poderosa de atenuar el dolor, sembrar alegría, desintoxicar, limpiar telarañas y traer paz al alma, de tender puentes que cambian al ser humano.

Ser Feliz, nace de un corazón agradecido, que entiende que “‘onde entra la felicidad… sale el doctor” quien es feliz en su tarea, disfruta la vida, aviva su luz interior, encuentra paz en el camino, vive en un sano equilibrio emocional, es altamente creativo.

Resulta que “el ciego del pueblo tomaba sol en una banca de la plaza, cuando de repente, llega un perro lo olfatea y levantando la pierna, lo mea. El perro se va, pero el ciego le chifla para que regrese, al llegar le empieza a acariciar tiernamente su cabeza, después el lomo, un pela’o que estaba al lado le dice:

— Se ve que usted ama a los perros, después de que lo meo ¿Cómo le hace mimos al perro?

— Es que para darle una ‘inche patada… ¡PRIMERO TENGO QUE ENCONTRARLE LOS HUEVOS!”

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