Seattle, una ciudad ubicada al noreste de Estados Unidos, con 650.000 habitantes se convertirá en la primera ciudad que multará a los ciudadanos que tiren comida a la basura.
Esta ley será aplicable tanto a comercios particulares como a hogares, donde los cubos que sean sorprendidos con desechos orgánicos, serán señalados con una pegatina roja, para después enfrentar multas de entre uno (para particulares) y 50 dólares (para establecimientos y edificios de vecinos) por tirar comestibles.
El Consistorio planteó que ¿de verdad hay que comérselo todo, para no ser sancionado? Y ofreció gratuitamente a los ciudadanos unos cubos donde arrojar las sobras de los platos, las servilletas, las hojas del jardín e incluso los cartones para entregarlo a un camión de reciclaje donde será abono que mantendrá los parques y jardines públicos, o bien usarlos para crear su propio compostaje.
Tim Croll, director de residuos sólidos del departamento de Servicios Públicos de la ciudad señaló que “Seattle es una ciudad líder en reciclaje. La mayoría de nuestros vecinos y negocios ya realizan su propio compostaje y este requerimiento supone una progresión en nuestro esfuerzo colectivo para que la ciudad sea cada vez más verde” con este plan estiman que la meta de un 65% de basura reciclada se alcanzará antes de finalizar el 2015.
Con información de: washington post