Opinión

La alianza que mató a los 43

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@dect1608

La coalición “de palabra” entre el Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD) en las elecciones estatales de 2011, consumaron el 30 de junio de ese año “el error de Guerrero” cuando Ángel Aguirre, llegó a la gubernatura y José Luis Abarca, por ser uno de sus principales financieros desde ese entonces, ya tenía la alcaldía de iguala. El resultado desalentador todos lo conocen pero el hambre de poder, sigue alimentando ese tipo de alianzas absurdas.

Tamaulipas, está entrando en su concerniente proceso electoral y existe una amplia posibilidad de que ambos partidos políticos vayan en unidad para intentar sacar al PRI del poder; así lo confirmó recientemente el dirigente estatal de los amarillos tamaulipecos, Alberto Sánchez Neri, quien aseguró los diálogos avanzan e informó que tienen hasta el día 20 de diciembre para hacer un convenio de coalición y hasta el próximo diez de enero para designar en que municipios y distritos van a ir en conjunto “considero que vamos bien», dijo en rueda de prensa Sánchez Neri.

Pero solamente un panista ciego y sordo (con todo respeto a las personas con esta capacidad diferente) podría ser partícipe de una alianza tan irracional. En primera, sencillamente porque el mismo presidente estatal del PRD, tiene familiares y amigos en la administración priista de Tampico que destina más de 100 mil pesos mensuales para algunos integrantes del Comité Directivo Municipal del sol azteca, incluidos hermanos de Sánchez Neri y del mismo Cuitláhuac Ortega Maldonado, ex dirigente estatal de este mismo partido político.

La segunda razón es aún más grave, ya que los ideales partidistas de ambos institutos son completamente distintos, son como el agua y el aceite. Querer fusionarse es claramente una ofensa al intelecto del electorado y hasta de sus mismos militantes; los panistas representan claramente la franja billetuda del Estado y los de izquierda a esas familias que simbolizan los cinturones de miseria más graves de la entidad; la aparente coalición llevara escrito en letras chiquitas la derrota del o la aspirante a la gubernatura.

Aquella participación histórica que de un jalón cobró la vida de 43, fue “Guerrero nos une”, por acá ya dicen la llamaran, “Coalición del Golfo” y es el plan “A” de Alberto Sánchez Neri, quien no da un paso, sin antes consultarlo con su menor Cuitláhuac Ortega, personaje bajo la ordenanza del Diputado local, Jorge Valdez, todos forjados por los ideales y valores del mismísimo, Rene Bejarano, líder nacional de la corriente Izquierda Democrática Nacional (IDN) secta interna del PRD.

De concretarse la alianza con esas sociedades el PAN, estará dejado el camino libre para que el PRI se alce con la victoria; con ese tipo de coaliciones Acción Nacional, vera pasar su más grande oportunidad de llegar al poder pues el priismo tamaulipeco atraviesa por su peor momento y el mismo Alberto Sánchez Neri, les dora la píldora para destruirlos, permitiendo que sus patrones tricolores se mantengan en el poder, así él y su gente, puedan conservar el dinero proveniente de las administraciones priistas de Tamaulipas.

davidcastellanost@hotmail.com

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