Tampico Tamps.- «¡Pemex! ¿en mi casa?», rezaba, palabras más o menos, la campaña de promocionales que Petróleos Mexicanos lanzó al aire por la televisión, radio y prensa nacional durante la década del 80, y esa es justamente la expresión que podría estarse planteando, pero en inglés, cualquier magnate texano al estilo de la también ochentera serie norteamericana «Dallas», al encontrarse con la primera gasolinería que expende combustible de la marca ya referida en pleno suelo del oro negro para los estadounidenses: la ciudad de Houston.
A través de las redes sociales y con un español y acento bastante mexicanos, la periodista Michelle Galván compartió este jueves, a manera de adelanto informativo para la cadena Univisión, y concretamente para el canal afiliado a dicha empresa televisiva en la capital del estado de Texas, la noticia del funcionamiento de aquello que, ella misma asegura, se trata de la primera estación de servicio de gasolina con sello de Pemex, la compañía paraestatal de México en proceso de desincorporación al gobierno en algunas de sus ramas.
De hecho, en su reporte, Galván hace mención de que el propietario de dicha gasolinera es, precisamente, un empresario que no tiene la nacionalidad mexicana, y ni siquiera estadounidense, sino más bien de origen paquistaní, lo que hablaría de la primera distribuidora de energéticos para automóviles con bombas de Pemex cuyo dueño no es mexicano y tampoco tiene esa clase de instalación en México.
Además, la reportera mexicana que trabaja para Univisión resalta el hecho de que también se trata del primer lugar de esa naturaleza abastecido por Pemex en el que no hay un solo trabajador que se dedique exclusivamente a despachar el combustible, ya que es una estación de auto-servicio al estilo enteramente norteamericano.
En las imágenes audiovisuales «subidas» a la red por Michelle Galván, antes de transmitirlas por el noticiario para el cual colabora, se puede observar tanto los precios de la gasolina y el diesel por galón (medida usada en suelo norteamericano para los líquidos), valores a los que ella califica de «competitivos», como a las personas que se surten del hidrocarburo, entre las que, explica, hay lo mismo mexicanos y estadounidenses, que asiáticos y afroamericanos.