Opinión

El Filósofo de Güémez / La Diabetes es como lo pendejo…

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Entre tantas historias que me cautivan, ésta me encanta: “Un ciego se acerca a San Antonio, –que era sabio por Santo, y sabio por Viejo– y le pregunta: –– ¿Qué es peor que perder la vista?

–– ¡Que pierdas la visión y la pasión por la vida!”

Visión y pasión por la vida, la ejercen a cabalidad los personajes populares de nuestra tierra, que “Hacen historia al andar” como Don Hermenegildo “El Maistro Torres”, un hombre tocado por el “Ángel de la Vida” que a través de un ingenio excepcional y una suave y sana picardía, supo trascender los entretelones del tiempo.

Don Hermenegildo, fue un coahuilense de nacimiento, neolonés por adopción, mexicano universal de corazón, lleno de visón y pasión por la vida.

Charles Dickens afirmó que “El hombre nunca sabe de lo que es capaz… hasta que lo intenta”. Y Don Hermenegildo lo intentó ¡y le funcionó!, con su singular talento y excepcional genio, en la década de los 40s fundó el P.U.P. (Partido Único de Pendejos), una vertiente que trasluce nítidamente la inigualable filosofía pícara, satírica y cómica del mexicano, que es vigente y a la que se le acumulan el suave y socarrón ingenio de muchos, entre otros del Filósofo de Güémez.

En nuestros regionalismos y localismos latinoamericanos, la palabra pendejo, posee distintas connotaciones populares y culturales: «En Perú y Argentina, la palabra se usa para referirse a los bellos de las zonas púbicas; en Uruguay, Chile y Paraguay, se usa coloquialmente para referirse a alguien más joven; en El Salvador, Honduras y México la palabra se usa como insulto o para denotar la falta de astucia o inteligencia en una persona…”1

Don Hermenegildo, durante casi cinco décadas se dedicó a grabar y troquelar medallas, pero la vida –cuando fluyes en armonía con el universo, tiene sorpresas– y a Don Hermenegildo le tenía preparada una sorpresa.

Convertirse al lado de Armando Fuentes Aguirre “Catón”; Armando Jiménez, –El de La Picardía Mexicana–; el poeta Don Celedonio Junco de la Vega, entre otros, en uno de los íconos de la cultura popular del noreste mexicano.

“El Maistro” Torres, fue un hombre que con su mediana estatura y una mirada penetrante, llena de luz y picardía, ‘que secaba hasta un papayo macho’; fue un personaje que vibró en consonancia con su esencia, por su facilidad en la palabra, su agilidad para cautivar con una inmediatez envidiable al auditorio, y un inigualable sentido del humor, sigue vigente entre nuestros personajes populares.

Las conferencias de Don Hermenegildo eran fuera de serie, ahí –entre otras cosas– hablaba de su clasificación del pendejo: que fue publicada en un excelente libro por Carlos R. Erhard:

“El pendejo ignorante… todos saben que es pendejo menos él.

El pendejo añejo… con el tiempo se hace más pendejo.

El pendejo radioactivo… irradia lo pendejo por doquier.

El pendejo vigoroso… no se cansa de hacer pendejadas.

El pendejo ecológico… es pendejo por naturaleza.

El pendejo multifacético… es el que abarca dos o más clasificaciones.

El pendejo invisible… es tan pendejo que nadie lo puede ver”

Para éste Filósofo tres cosas son harto difíciles: “1.- Explicar una tarea o tema a un pendejo. 2.- Lidiar con un pendejo con iniciativa y 3.- Aguantar a un pendejo con fuero”

A la espectacular labor de Don Hermenegildo, le he agregado varias frases como:

“Todos tenemos por lo menos cinco minutos de pendejez al día… el secreto está en no excederse”

“En política dos cosas son importantes: 1.-No descuides a los cabrones y 2:-No te juntes con pendejos”

“Hay políticos que son la palíndroma perfecta… son pendejos de atrás pa’ lante y de adelante pa’ tras”

“Cada cuarto de hora… tengo 15 minutos de pendejez”

“La diabetes es como lo pendejo… ¡SE CONTROLA PERO NO SE QUITA!”

1 https://es.wikipedia.org/wiki/Pendejo

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