Colocarán letreros en Plaza de Armas para convertir a las palomas en enemigo público

Por Jesús Alberto Bravo Chávez.

Tampico, Tamps.- La paloma, símbolo universal de la paz, como enemigo público número uno: esa imagen es la que podrían llevarse quienes lean los letreros que comenzará a colocar el ayuntamiento de Tampico en la plaza de Armas para difundir la serie de enfermedades que pueden ser transmitidas por el contacto con las plumas y heces fecales de dichas aves, según lo anunció en exclusiva para REPORTE NORESTE el director de Ecología en el gobierno municipal, Carlos Paniagua Arias.

Salmonelosis, histoplasmosis y psitacosis, enfermedades de los intestinos, las vías respiratorias y el bazo, son sólo algunos de los padecimientos que provocan dichos plumíferos, además de que son portadores de unos 40 virus y bacterias, aseguró el funcionario, quien dijo que por ello serán puestos inicialmente dos avisos escritos en sendos arbotantes a los que se instalará en el mencionado espacio público, la principal explanada y jardín de esta ciudad y puerto.

Aseguró que de ninguna forma se trata de exterminar o criminalizar a esos pájaros, sino que solamente se busca cuidar la salud de la población, que se encuentra en riesgo grave por el contacto permanente y cotidiano con palomas y pichones que han saturado con su presencia ese lugar, principalmente, dijo, porque hallan ahí su alimento de manera sencilla, al ser las personas mismas quienes se los proveen a manera de entretenimiento propio.

Indicó que a tal grado se ha descontrolado la situación, que en la plaza de Armas hacen ya su negocio, desde hace un buen tiempo, numerosos vendedores de alpiste y otra clase de comida para aves, gente que deberá ser retirada para impedir que se siga alimentando a las parvadas, conformadas, estimó, por unos 300 ejemplares.

Paniagua Arias señaló por último que serán en total cuatro anuncios los que estarán colocados en esa área y otra aún por definir, e insistió en que las palomas y pichones son considerados ya plagas en otras partes del mundo, donde se castiga con multas severas a quien los alimenta, por el daño que ocasionan tanto a la salud como al patrimonio público.