Opinión

El sicariato nace en la casa

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@dect1608

Por su ubicación geográfica, las entidades federativas vecinas al país que vio nacer a Donald Trump, han sido las más violentas y castigadas por la droga. Ser vecinos de Estados Unidos de Norteamérica, sin duda las hace de las peores de México y no por sus ciudadanos, sino por su cercanía con el magnate y los máximos consumidores de estupefacientes del mundo.

Desde hace algunos años; para ser exactos, desde el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa, México vive una de sus peores crisis de violencia e inseguridad que fomenta el sicariato, cobro de piso, secuestros y extorsiones; vicios y formas de vida que no se detendrán, si el Estado mexicano y las familias, siguen dejando la educación y “el cariño” hacia sus niños en las consolas de videojuegos, televisión, tabletas y la “nana” de moda, el internet.

Es decir, según algunos expertos en psicología y en el estudio de la violencia familiar, el “maltrato infantil” es cuna de la delincuencia y cuando hablan de maltrato infantil, no se refieren únicamente a las agresiones físicas o gritos de los padres o tutores a los hijos, sino al desapego de la figura parental, la falta de cariño, el abandono y falta de cuidado, entre otras que parecieran insignificantes, pero son conductas que tiene cada vez con mayor frecuencia los adultos y que a la larga generan frustraciones que hace de los infantes y adolescentes, personas insensibles al prójimo.

Es gravísimo lo que está sucediendo entre los medios de comunicación y las familias de México. Ante la falta de filtros en relación a lo que se informa y lo que ven los niños mexicanos, lo “único” que consumen es violencia, conductas sangrientas de adultos insensibles y de políticos sinvergüenzas; noticias “sin filtro” que alimentan y complementan la frustración que comenzó a generar el padre o tutor del sujeto con “maltrato infantil”; aunado a todo esto, la nula autoridad que hoy se tiene ante los jóvenes, hace del sicariato una forma de vida ideal para generar dinero rápido y fácil, con sobrados cotos de poder que no importan si han de morir en la primera guardia o en su debut como estacas; pues que importa si muchas de esas personas crecieron sin sentir siquiera el amor y cariño de su padre o madre.

Para que le digo más, es por eso que hemos venido conociendo casos como el del niño sicario, escuincles que juegan al secuestro y a violar a sus compañeras del salón de clases. Así que está en los adultos hacer todo lo posible para que los niños de hoy, nunca cambien esa pelota de futbol, béisbol o basquetbol por armas, drogas o un teléfono celular para extorsionar.

 

 

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