Nuevo Laredo Tamps.- Al igual que el comercio organizado, el ambulantaje también vive momentos difíciles debido a que la ausencia total de turistas, lo mata lentamente.
Con más de 45 años como comerciante ambulante, Rogelio Castillo Espinoza, ve pasar las horas lentamente al cuidado de su pequeño puesto, la espera es larga, hay que soportar los rayos del sol, mientras a cada rato observa por la calle Guerrero, busca la llegada de algún cliente.
“Ya son varios los años en que el turismo se alejó definitivamente de la ciudad, las acciones que han realizado no solo la presente administración sino las anteriores, no han servido de nada, puesto que la situación no mejora, el turismo decidió no visitar la ciudad”, afirmó Castillo Espinoza.
Lamentablemente esta situación ha originado que el comercio instalado y los ambulantes hayan desaparecido poco a poco, por un lado las presiones de las autoridades en hacer desaparecer al ambulantaje y por otro la falta de clientes ha ocasionado que el número disminuya considerablemente.
Hace todavía cinco o seis años la calle Guerrero, estaba llena de comerciantes ambulantes, ahora muchos prefirieron irse a las pulgas, pero otros dejaron de trabajar, ya no era redituable.
“Lamentablemente el trabajo de la autoridad es deficiente, la calle Guerrero la principal por las noches es una boca del lobo al menos en las cuatro o cinco calles después del Puente Internacional número uno, no se diga de las calles aledañas del centro histórico, son verdaderas trampas por la noche, debido a la falta de alumbrado público y vigilancia”, enfatizó.
Ahí dejamos a Castillo Espinoza, recordando aquellos días en que los dólares llegaban por montones, ahora es solamente una añoranza, prefiere esperar a clientes locales que le dejen unos cuantos pesos.