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Opinión

Personas desaparecidas en Tamaulipas/David Castellanos Terán

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En el tema de la desaparición forzada en México, el caso de los normalistas de Ayotzinapa en el Estado de Guerrero, ha sido el más impactante en el sexenio de Enrique Peña Nieto y nos ha hecho olvidar o dejar de preguntarnos en dónde están otros miles de ciudadanos que desaparecieron desde los sexenios panistas de Vicente Fox y Felipe Calderón Hinojosa, tal vez el segundo, el mandato más bélico de la era moderna de nuestro país.

Pareciera algo trillado decir que Tamaulipas es la entidad número uno en secuestros y desapariciones; con profundo dolor, recordamos las masacres de San Fernando, allá por finales del sexenio de Felipe Calderón y pese a que en el presente mandato peñista, se habla de haber capturado a los presuntos responsables de aquellos atroces acontecimientos, ya nada pueda curar ese dolor en las familias de los que allí fueron sepultados.

Para el ser humano, aprender de los errores o flaquezas de otros, es algo que no se le da mucho; formarse diariamente para cuidarse o cuidar a los suyos, tampoco forma parte de los proyectos cotidianos de los mexicanos y tamaulipecos; prepararse para evitar ser víctima de extorsiones y amenazas, mucho menos llega a ser tema central en las familias nacionales y por eso mismo, La Procuraduría General de Justicia del Estado a través de sus delegaciones regionales, comenzó a invitar a los ciudadanos a dejar de difundir información de sus familiares no localizados vía redes sociales, esto más que nada, para evitar se siga elevando el número de extorsiones en la entidad.

En los últimos seis años,  tan solo cinco de los 43 municipios de Tamaulipas, arrojan un promedio de 300 denuncias de personas no localizadas o privadas de su libertad, siendo las ciudades de Altamira y Aldama en la zona costa, las que padecen con mayor frecuencia esta situación.

Pero no todos los casos, tienen que ver con las bandas del crimen organizado, según información proporcionada por la PGJE, prácticamente el 50 por ciento de estos expedientes, están relacionados con problemas de violencia intrafamiliar y se relacionan principalmente a conflictos entre padres de familia y adolescentes, quienes un día, se les haca fácil tomar la decisión de no volver a casa y aventurarse en otras ciudades o Estados de la Republica , para evitar los regaños o maltratos de sus tutores; en otras circunstancias, derivado de matrimonios en conflicto por divorcio, los adultos optan por llevarse a los niños sin previo aviso, casos que abultan las cifras de “privación de la libertad”, pero mientras se esclarecen situaciones como estas, los familiares desesperados y angustiados por sus seres queridos, optan por difundir en Facebook y Twitter, fotos, números telefónicos e información personal del familiar “desaparecido”, datos que solamente son utilizados por los extorsionadores, personas que están al asecho para delinquir.

El compromiso de erradicar la violencia, secuestros y extorsiones es sin duda alguna de las autoridades, de nuestros gobernantes, pero también debemos ser conscientes que un porcentaje de responsabilidad es de los mismos ciudadanos, pues nosotros vamos dejando información valiosa en cada twitt o post de Face.

Opinión

La diversidad no se reduce a múltiples colores

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Por: Zaira Rosas
zairosas.22@gmail.com

Imagina que te atrae una persona y esa atracción es vista como una enfermedad
mental. Que, por amar o vincularte afectivamente, se te niegue la entrada a ciertos
lugares o seas objeto de burlas, violencia o exclusión. Esto, por increíble que
parezca, fue una realidad cotidiana para muchas personas de la comunidad
LGBTIQ+ antes de los años 70. Y aunque los tiempos han cambiado, todavía hoy
la diversidad sexual puede ser motivo de múltiples formas de discriminación,
abiertas o encubiertas.
Junio es conocido como el mes del orgullo. No es una fiesta vacía ni un desfile de
colores sin historia: se conmemora una lucha de décadas. Un punto clave fue el
28 de junio de 1969, cuando en el bar Stonewall Inn, en Nueva York, miembros de
la comunidad resistieron una redada policial. Aquella noche marcó el inicio de un
movimiento revolucionario que dejó claro que nadie debía esconderse por amar
diferente. Desde entonces, cada año recordamos que la dignidad, el respeto y los
derechos no deberían estar en juego por la orientación sexual o identidad de
género.
En México, según datos del INEGI, al menos un 5.1% de la población se identifica
como parte de la comunidad LGBTIQ+. Esto equivale a más de cinco millones de
personas que, aunque no deberían tener que exigirlo, reclaman algo tan básico
como la igualdad de derechos y una representación respetuosa en todos los
espacios, desde el ámbito legal hasta los medios de comunicación.
Sin embargo, aún hay muchos retos. Uno de ellos es la resistencia al uso del
lenguaje inclusivo. Cada vez que alguien escribe “todxs” o “todes”, no faltan las
críticas que lo reducen a una “moda absurda” o un “atentado al idioma”. Pero el
lenguaje no es estático: evoluciona con la sociedad. El lenguaje inclusivo no
pretende destruir la gramática, sino visibilizar a quienes históricamente han sido
borrados del discurso. Es una herramienta para reconocer la existencia de
identidades no binarias y otras expresiones de género. Negarse a su uso no es
defender el español: es cerrar los ojos ante realidades que nos incomodan o que
simplemente no entendemos.
Otro punto importante es la forma en que muchas marcas “se suben al tren” de la
diversidad en junio, pero se bajan en cuanto termina el mes. Cambian sus
logotipos a los colores del arcoíris, lanzan campañas “inclusivas” y presumen su
compromiso con la comunidad, pero en la práctica no garantizan espacios seguros
para sus empleados diversos, ni promueven políticas de inclusión real. A esto se

le conoce como “lavado rosa” (o pinkwashing): una estrategia de marketing que
usa causas sociales para limpiar la imagen de las empresas, sin un compromiso
auténtico detrás. La diversidad no puede reducirse a una estrategia de ventas o a
un filtro en redes sociales.
Afortunadamente, ha habido avances. En México, el matrimonio igualitario ya es
legal en todo el país. Se han aprobado leyes contra terapias de conversión y
existen esfuerzos por reconocer la identidad de género en documentos oficiales.
Sin embargo, la violencia sigue siendo una constante. Según datos de
organizaciones civiles, México es uno de los países con más crímenes de odio por
orientación sexual o identidad de género en América Latina. El cambio legal es
importante, pero el cambio cultural es urgente.
La diversidad sexual no debería ser motivo de debate, sino de respeto. Es parte
de lo que somos como humanidad. Negarla o limitarla es negar la riqueza de
nuestras diferencias. La apertura hacia la diversidad no exige que todas las
personas cambien quiénes son, sino que comprendan que hay otras formas
válidas y dignas de existir. Que el amor no necesita permisos ni justificaciones. Y
que reconocer los derechos de otros no resta los propios.
La verdadera inclusión no ocurre con logos arcoíris ni con discursos políticamente
correctos, sino con acciones constantes, con voluntad para aprender, con empatía,
y con leyes que garanticen derechos, pero también con una sociedad que no
castigue la diferencia.
Porque la diversidad no se reduce a múltiples colores: se trata de vidas, historias,
luchas y dignidad. Y ninguna de ellas debería ser invisibilizada.

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Opinión

Cuando el Estado actúa, el crimen retrocede

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Este fin de semana quedó demostrado que, cuando las instituciones del Estado mexicano trabajan coordinadamente y sin protagonismos, el crimen organizado tambalea. La detención de 32 personas y el aseguramiento de una amplia gama de recursos operativos, financieros y logísticos de una estructura dedicada al robo de hidrocarburos desde 2015, es la muestra viva de que la inteligencia y la perseverancia vencen donde la impunidad alguna vez se impuso.

El anuncio no lo hizo un político en tribuna, ni se montó en el espectáculo mediático de la mañanera. Fue Omar García Harfuch, en representación del Gabinete de Seguridad Nacional, quien dio la cara un domingo por la tarde, en un momento estratégicamente elegido para dejar claro que esta operación fue técnica, no política; profesional, no improvisada. Una muestra de respeto a la inteligencia civil y militar, y una línea clara entre los que toman decisiones y los que actúan con eficacia.

Durante más de seis meses, se operaron tareas de inteligencia e investigación en Querétaro, Ciudad de México y Estado de México. El resultado: se desmanteló una organización criminal que, durante casi una década, robó hidrocarburo del Estado con impunidad.

Esta red criminal no solo tenía una estructura operativa, sino una arquitectura institucional paralela: tanques, remolques, cajas secas, vehículos blindados, armas de fuego, droga, medicamentos controlados y hasta animales exóticos. Esto no era una célula criminal, era un cártel huachicolero.

Entre los detenidos, destaca Cirio Sergio Rebollo Mendoza, conocido como “Don Checo”, de 55 años, líder absoluto del grupo; y Luis Miguel Ortega Maldonado, alias “Flaco de Oro”, de 40 años, su principal operador. Pero no actuaban solos. Aurelio “Gepeto” Hernández Lozano, ingeniero experto en estructuras de tanques, facilitaba las ventas; Diego Rebollo González llevaba logística; Heréndira “Yeye” Jacala García, tejía relaciones con autoridades y transportistas; e Israel “El Mil Millones” Molina Núñez fabricaba documentación falsa para maquillar la procedencia del hidrocarburo robado.

La operación culminó con la detención de estos personajes y el aseguramiento de 12 inmuebles, 21 tractocamiones, 14 semirremolques, 36 armas, casi 16 millones de pesos en efectivo, y la clausura de tomas clandestinas. Una intervención quirúrgica, con sello mexicano, pero también con el pulso firme y la asesoría silenciosa de agencias de inteligencia norteamericanas. La cooperación internacional fue discreta, como en los viejos tiempos del sexenio de Enrique Peña Nieto, pero con resultados medibles y contundentes.

Esta no fue una simple redada. Fue el desmantelamiento de una economía paralela. El mensaje es claro: ya no hay espacios seguros para el crimen organizado, ni siquiera en estructuras que parecían blindadas con poder económico, contactos y operaciones encubiertas.

En la intimidad… A los alcaldes de Altamira, Ciudad Madero y Tampico: Armando Martínez, Erasmo González y Mónica Villarreal, el mensaje es frontal. Si el auxilio de las fuerzas federales se ha vuelto un acto recurrente porque sus administraciones carecen de estructura, hombres y estrategia para atender incluso lo más básico, entonces no se quejen mañana cuando los mandos federales tomen decisiones más allá de sus escritorios.

Cuando el poder civil pierde la capacidad de servir, la autoridad real se reconfigura. La administración no es un ejercicio de fotografía y discurso. O retoman el control o lo delegan por omisión.

Porque, mientras ustedes celebran festivales o simulan operativos, el Estado —ese que no duerme, ese que sí actúa— está administrando ya lo que ustedes dejaron a la deriva ¡si no pueden con esto…!

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El pacto de Américo en el sur

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No es una exageración, ni una metáfora forzada. Este martes quedó clarísimo quién es el auténtico consentido del Dios de la lluvia: el doctor Américo Villarreal Anaya. A su paso por el sur de Tamaulipas casi ni una gota. Literalmente, ni un charco en su camino. Ni lodo en su calzado ni tráfico por encharcamientos, y eso que, durante los últimos cuatro días, Ciudad Madero, Altamira y zonas bajas de Tampico han estado bajo agua, en riesgo y con la paciencia agotada de la gente que no termina de entender por qué el gobernador sólo vino a dos eventos públicos y se fue sin mirar atrás.

Uno de esos actos, el Foro Consultivo CENAGAS 2025, reunió a una élite técnica y política para hablar de gas natural, expansión de infraestructura, almacenamiento estratégico y generación de energías limpias. Y sí, eso suena bien, eso suma.

Ah, pero el cielo fue benévolo. El médico, que seguramente alguna vez le recomendó a Tláloc un “chipichipi” para el insomnio de la tierra, logró caminar bajo nubes tranquilas. El mismo martes, vecinos de colonias como Adriana González, Heriberto Kehoe, Revolución Verde o la Miramápolis, andaban entre lodo, mientras en la CMIC, el gobernador hablaba de energía limpia, sustentable, renovable… y absolutamente seco porque Villarreal Anaya, resultó ser el consentido.

En el evento, el director general de CENAGAS, Cuitláhuac García Jiménez —el fracasado exgobernador veracruzano con nuevos encargos federales— fue enfático: “La transformación ya empieza a ser palpable en este estado”.

También se anunció una inversión de 42 mil 700 millones de pesos para la rehabilitación y expansión del sistema nacional de gasoductos. Tamaulipas quiere su rebanada de ese pastel. Y es justo. Aquí hay tierra, viento, sol, mar y voluntad técnica.

Walter Julián Ángel Jiménez, secretario estatal del ramo energético, habló incluso de un proyecto inédito en el país: almacenamiento subterráneo de gas natural en el llamado “campo Brasil”. Suena a revolución energética. Ojalá no sea sólo otra promesa enterrada en papeles.

Porque los tiempos cambian, sí, pero en muchas calles del sur de Tamaulipas, el olor a agua estancada y promesas a medias sigue siendo el mismo de siempre.

En la intimidad…  Es imposible no notar lo que algunos pretenden que pase desapercibido. En primera fila, con presencia firme y rostro atento, Esdras Romero Vega. El exalcalde, exdiputado, exlíder de la Sección Uno del STPRM, y aún con hilos en las altas esferas del sindicato petrolero, no es un simple espectador. Su sola presencia manda un mensaje.

¿Qué hace Esdras tan cerca del poder estatal y federal en un foro de gas natural? ¿A quién le apuesta rumbo al 2027? ¿Ya hizo su jugada para el 2026? El hombre que lo supo todo en PEMEX no se sienta sin propósito. Si está ahí, es porque algo se está negociando.

Tamaulipas se juega mucho en los próximos años: energía, territorio, poder… y si Esdras está en primera fila, es porque también tiene su parte del tablero. La pregunta no es si está de regreso, sino con quién. ¿Américo lo ve? ¿Claudia lo tolera?  Esdras, no está tomando té, ya pactó y desde hace rato.

davidcastellanost@hotmail.com
@dect1608

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Opinión

Mejoramiento del sistema de Salud en Tamaulipas

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Uno de los temas más sensible para la población en general, al margen de los temas de seguridad, corrupción, impunidad, que pudieran existir, respecto a las regiones, es el que corresponde a la Salud. Como ciudadanos, vemos que el sistema de Salud en México prácticamente se encuentra colapsado, a pesar de los esfuerzos o las ocurrencias, como usted lo prefiera ver, que realiza el gobierno federal, para reinventar la atención médica.

En medio de este caos nacional, surge una esperanza de una mejor atención, médicos capacitados, instalaciones de buen nivel y la inversión en infraestructura hospitalaria con recursos bien aplicados como lo vemos ahora en Tamaulipas.

Solo basta con las opiniones de quienes han tenido que pasar por aluna atención en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) para conocer experiencias que llegan a ser difíciles de creer por la pésima atención, aunque algunos las contrastan con la surte de ser bien atendidos.

En lo que respecta al sur de Tamaulipas, la diferencia desde las instalaciones es verdaderamente notable. Mientras que la sala de urgencias del IMSS, parece centro de atención de guerra, en el Canseco, las áreas están limpias y los pacientes reciben una atención digna. Claro, la saturación de uno con respecto del otro, pudiera ser uno de los motivos, pero la diferencia está en que uno recibe cuotas obrero patronal y el otro no.

Américo Villarreal Anaya, gobernador de Tamaulipas y médico de profesión,  le ha tocado estar en ambos lados del servicio de salud del Estado. Sabe de las carencias con las que se trabaja y ahora de la necesidad de mayores recursos para atender la demanda ciudadana.

Estuvo de visita ayer en el sur de Tamaulipas para participar en diferentes actividades y se dio el tiempo para realizar un recorrido por el nuevo Hospital General de Ciudad Madero, el cual se ha retrasado prácticamente 10 años.

Se habló que se cuenta con un avance de casi el 90% y se espera que en unas cuantas semanas se pudiera abrir a la atención médica en tanto se concluye con el resto de las áreas hospitalarias que pudiera ser para el próximo año de acuerdo a las partidas presupuestales.

El nuevo hospital civil de Madero cuenta con equipamiento de alta, mediana y baja tecnología, lo que garantizará la realización de todos los estudios, sin que sea necesario el traslado de pacientes a otros puntos del estado.

Este nosocomio será uno de los más modernos de Tamaulipas, al contar con áreas para tomógrafo, mastógrafo, osteodensitómetro, arcos en C, ultrasonogramas de 4ª dimensión para la revisión intrauterina, además de rayos x fijos y portátiles, además de un acelerador lineal, incluyéndose las áreas comunes del hospital.

En cuanto a los medicamentos, comentó que se avanza en este tema para que los familiares de pacientes no tengan que surtir ellos mismos las recetas, procurando que sea el mismo hospital el que entregue el medicamento, tal y como debe ser, aunque se reconoció que todavía existen áreas de oportunidad que se irán subsanando para una mejor atención.

El gobernador de Tamaulipas, dijo que además como obras complementarias al hospital, se ampliará el acceso vial y se agilice el acceso, pues al estar en funcionamiento, la actual calle se verá rebasada en su capacidad.

Desde el OBSERVATORIO estaremos al pendiente de este tema muy  sensible para todos como lo es la atención médica de calidad y sobre todo digna que todos merecemos.

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