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En septiembre de 1991, cuando este columnista inició su carrera en los medios informativos por el abrazo y hospitalidad de mi ahora gran amigo Héctor Vázquez Gutiérrez, director general de la revista Sucesos de Tamaulipas (que se edita en la frontera), y entonces gerente de producción del periódico que a la sazón se llamaba El Diario de Tampico, tuve la fortuna de conocer a Sofía Sandoval Ovando, ya por aquellas fechas secretaria general de la Sección 36 del Sindicato Industrial de Trabajadores y Artistas de Televisión y Radio, Similares y Conexos de la República Mexicana (Sitatyr).  Recuerdo que inició ahí una amistad cercana con ella, sempiterna operadora de la estación radiofónica que inicialmente se llamó «Superestelar», y con otra muy entrañable y estimada compañera que tenía el mismo puesto, pero en una difusora que perteneció también a esa empresa, y que un par de décadas después fue adquirida por el grupo Imagen.  Esa otra gran amiga, lamentablemente, ya falleció, y siendo aún joven.  Pero la anteriormente citada dirigente sindical no sólo continúa estando al frente de la dirigencia seccional del SITATYR, cuya membresía se ha visto disminuida considerablemente conforme pasa el tiempo debido al recorte masivo de personal sindicalizado en cada empresa del sur de Tamaulipas donde tiene presencia.  Sofía, en contraste, sigue ahí, y ahora más fuerte que nunca: en los últimos diez años comenzó a tener una incursión más directa en la política local, una cercanía que adquirió el carácter de relación-compromiso desde el segundo período como alcalde de Fernando Azcárraga López.   En aquellos años, a  más de una junta sindical de las que convocaba anualmente, invitó para estar ahí al ex presidente municipal de Tampico, específicamente en época de campaña electoral.  Cuando aún se tomaba Sandoval Ovando la molestia de organizar reuniones de fin de año (con las cuotas retenidas a los trabajadores afiliados, por supuesto) para el personal de  Telecable Tampico, donde trabajé durante 17 años y medio de forma ininterrumpida, comenzó a llevar, como acompañante, a la actual regidora y en algún tiempo secretaria general del Comité Directivo Municipal del PRI en esta ciudad y puerto, Dorely Meza Reyes.

«Vienen cosas buenas, muchachos», solía decirnos Sofía como explicación no pedida a los miembros del sindicato, que también empezó a hacer sus juntas en la sede local de la eternamente priísta Confederación de Trabajadores de México (CTM).   No pasó mucho tiempo para que, una mañana de diciembre en 2014, pudiera darse cuenta cada empleado sindicalizado, de los que quedaron tras la merma gradual de la plantilla laboral de Telecable (a la extinción de «Cablecanal», que había iniciado en 1993 como Canal 11  de Tampico, había apenas una cuarta parte de la membresía que llegó a tener el SITATYR en ese centro de trabajo), de que esas cosas buenas anunciadas por ellas eran, si acaso, para la causas muy propia y personal de la lideresa, porque de un solo golpe una docena y media de empleados se quedó sin su fuente laboral.  Al que esto escribe, simple, llana e ilícitamente le habían impedido el paso a la empresa apenas 7 semanas antes, sin que mediara ya no digamos causa justificada, sino explicación alguna ni finiquito o liquidación económica ninguna.  Hubo así violación flagrante a la Ley Federal del Trabajo y a las garantías individuales del empleado, según lo marca la misma Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.  Pero el propósito era claro: evadir, primero, el pago justo, conforme a derecho y a las prestaciones marcadas en el contrato colectivo entre el patrón y la organización que representaba al trabajador, en este caso el SITATYR.  Y en segundo lugar, viéndolo de manera fría, desde la perspectiva de esa empresa y en el afán de cuidar sus intereses económicos, para Telecable fue aquella la manera más sencilla de ganar tiempo, ya que lo peor que podía pasar era que el empleado cuyos derechos estaban siendo violentados acudiera a interponer una demanda ante Conciliación y Arbitraje, pero el proceso consiguiente tomaría un largo período resolverlo, y en todo ese lapso había dos posibilidades: que el agraviado se fastidiara y desistiera (lo cual no ocurrió), o que «algo» le sucediera a él, ya fuera que enfermara y dejara de habitar más este mundo por ese motivo, o por accidente… en fin.  La probabilidad siempre está latente.  Pero, a Dios gracias, nada de eso ha pasado tampoco.

Al Sitatyr acudieron a afiliarme a mi domicilio, tras ver que a los pocos meses de ingresar a la empresa el propio director general comenzaba a promoverme para otros puestos (un par de ascensos antes del primer año y los correspondientes aumentos salariales), la secretaria general de la Sección 36, Sofía Sandoval Ovando, y el entonces delegado del sindicato en Canal 11 de TV Cable (así se llamó en un inicio), Juan Pérez Ochoa, a quien una década después la misma lideresa le promovió, por su parte, la rápida salida de ese centro de trabajo, después de que él había sido durante años su brazo derecho, y de que por poco y se queda, en una contienda democrática limpia en la que por primera vez estuvo a punto de perder, con el puesto que ella siempre ha ocupado.  El talento y capacidad de Pérez Ochoa lo llevaron en unos cuantos meses, pese a un sucio bloqueo que además se ganó por tal atrevimiento, a ganarse la confianza del equipo de campaña del finado Rodolfo Torre Cantú, y fue a tal grado la habilidad y responsabilidad que demostró, que aún Egidio, quien se desentendió de cuantos colaboradores de su hermano pudo, lo mantuvo como parte de su grupo de comunicación social, donde concluye el sexenio como camarógrafo más cercano.  Para ingresar al sindicato me pidió Sofía, eso sí, una «módica cantidad» en calidad de «préstamo».  Pero ninguno de los asensos o promociones que obtuve en Telecable fueron gracias a gestiones de ella, sino más bien por el desquite de mis emolumentos de la mejor manera, y tampoco ella metió las manos para intervenir a mi favor cuando, en el período más decadente del Canal 11 (Cablecanal), me intentaban fastidiar y entramparme laboralmente algunos gerentes que estuvieron siempre de paso por esa compañía.  Vamos, en un par de ocasiones fue la misma empresa la que terminó «reculando» y dándome mi lugar por iniciativa propia y así convenir a sus intereses, y sin que Sofía, totalmente desentendida del caso de su representado, moviera un solo dedo.  No fui el único al que no defendió: está el caso de 5 exempleados de Cablecanal, dos de ellos reporteros activos actualmente, a los que obligó a firmar un finiquito injusto, que luego apelaron por ello a la dirigencia nacional del SITATYR, y quienes hace cosa de un año obtuvieron ya un fallo favorable con su pago correspondiente.

La tarde del 23 de octubre de 2014, un día antes de que me prohibieran el paso a Telecable en la hora que yo solía iniciar mi jornada laboral, su gerente en aquel entonces y la encargada de Recursos Humanos me mandaron llamar a la oficina del primero.  En el interior estaban también la mencionada Sofía Sandoval Ovando, quien era legalmente mi representante laboral ante la empresa, y el delegado del SITATYR en mi área, Juan Gabriel Herrera Del Ángel.  Cuando el del cargo gerencial me dijo aquello de «por no convenir ya a nuestros intereses te estamos haciendo esa propuesta para que le eches un vistazo», y me mostró un legajo de hojas grapadas donde se me ofrecía sólo una décima parte de lo que me correspondía conforme a derecho y al contrato colectivo que se supone me amparaba, por 17 años y medio de servicios prestados, me negué obviamente a firmarlo, porque además ni siquiera se me dio un solo motivo, una justificación escrita ni oralmente, por la cual me estuvieran echando de mi trabajo.  Antes de retirarme de ahí, les pregunté a una malencarada dirigente sindical y su acompañante si acaso no estaban ahí para defenderme, a lo que, literalmente cruzada de brazos, Sandoval Ovando simplemente alzó los hombros sin abrir la boca.  Me regresé a concluir mi jornada, pero en los dos días que siguieron ya no me dejaron entrar ahí.  «Nos dieron la orden de no dejarte pasar», dijo el personal de vigilancia de Telecable los dos días siguientes cuando me presenté como de costumbre, y así quedó registrado en el material audiovisual grabado con celular que acaba de ser exhibido como testimonial en la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje.  En ambas ocasiones llamé por teléfono al número de Sofía, esperando no sólo una explicación de su parte, sino que además cumpliera su deber de defenderme  y hacer valer mis derechos, pero sólo la primera vez entró la llamada, y sin escuchar una sola respuesta de su parte, me colgó.  Este año volví a verla: estuvimos cerca el uno del otro mientras yo cubría, como reportero, el acto público que encabezó tras su registro en calidad de candidata ante el IETAM, la ahora presidente municipal electa de Tampico, Magdalena Peraza Guerra.  Y es que Sofía fue incluida en su planilla y hoy es ya regidora «electa».

Sandoval Ovando está mencionada en la demanda laboral como testigo del despido injustificado de que fui objeto (tan injustificado, que la coartada alegada por los representantes legales de Telecable, desde que inició el proceso, va en el sentido de que a mí jamás me despidieron, y que incluso reconocen mi antigüedad laboral y todos los derechos y prestaciones reclamados por mí en el expediente abierto).  El abogado que me representa pidió la comparecencia de ella y los otros testigos mencionados para interrogarlos en sendas audiencias confesionales.  Dos de ellos, empleados de la empresa al momento de mi despido injustificado, ni siquiera se presentaron en la fecha que les correspondía comparecer.  Pero además, tampoco asistieron a dar su versión las personas que nombró, como supuestos testigos a su favor, el representante legal de la empresa, una falta que deja, en cuanto a esa diligencia del proceso, en calidad de «confesa» a Telecable.  A la actual regidora electa del ayuntamiento de Tampico, Sofía Sandoval Ovando, le toca comparecer como «testigo confesional» ante la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje en septiembre próximo, unos días antes de que asuma el cargo que ostentará, como representante ciudadana (como representante además del «sector obrero», velando por las garantías de los trabajadores), en el cabildo porteño.  La pregunta es: ¿acudirá al llamado, a atender el citatorio que le hace dicha instancia?  Y si lo hace, ¿mentirá?  ¿se arriesgará a mentir, con todas las implicaciones legales que ello conlleva?  ¿o simplemente preferirá no correr tal riesgo la munícipe electa que formará parte de la mayoría priísta en el próximo cuerpo edilicio?

 

Opinión

El verdadero poder detrás de un algoritmo

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Por: Zaira Rosas

zairosas.22@gmail.com

Llega el último mes del año y con él una etapa de cierres, vivimos inmersos en dispositivos y aplicaciones que nos invitan a hacer el recuento de mejores momentos, hay plantillas para compartir las fotos más significativas y otras plataformas como Spotify hacen el resumen de nuestro año musical.

Al compartir nuestra canción más sonada y saber qué rol melómano jugamos en el mundo nos sentimos también parte de una comunidad, podemos identificar cuáles son los gustos en común con nuestro círculo más cercano y en este año incluso bromeamos con nuestra edad musical, sin embargo, el que una plataforma pueda armar un perfil de nuestras preferencias va mucho más allá de solo conectar a través de la música.

Spotify no es la única plataforma que conoce a la perfección nuestra esencia, también Chat GPT fue el confesionario en más de una ocasión y si le preguntamos que nos arme un “Wrapped” puede darnos información de nuestra personalidad y hasta predicciones para el 2026. A simple vista parece algo simple y hasta entretenido, pero si profundizamos en que la información es poder ¿Quién tiene realmente el control de lo que pensamos y hacemos? ¿somos nosotros o es la IA?

La inteligencia artificial se popularizó en 2023, aunque su surgimiento data de muchos años atrás, fue con Chat GPT que se volvió una herramienta de apoyo constante para más de 900 millones de personas alrededor del mundo, lo que equivale a un 11% de la población mundial y este dato va en aumento, es común que haya quien hable con plataformas de IA como si se tratase de un gran amigo, atrás quedaron las historias de ficción como HER, pues hablarle a Alexa, Siri, Copilot, Gemini o CHAT GPT, es algo común para un gran número de personas.

Aunque esta herramienta facilita múltiples tareas e incluso para nuevas generaciones puede ser un tutor que facilita la comprensión de temas complejos e incluso crea dinámicas más atractivas de estudio, no podemos negar que su uso y el dominio de la misma también es una forma de perpetuar la desigualdad, pues la comprensión de esta herramienta y el acceso si bien se está incrementando no está disponible para todas las personas.

La inteligencia artificial ha creado nuevas formas de interacción, es sumamente utilizada por las empresas, llegando incluso a desplazar a personas de sus funciones, pero también generando avances de productividad, apoyo en diagnósticos de salud y un mayor volumen de ideas. En países como España, más de un tercio de los usuarios de internet usa chatbots de manera habitual, y en América Latina cerca del 80% de la población interactúa con IA en su vida diaria.

Sin embargo, este crecimiento acelerado trae consigo riesgos que no podemos ignorar. La velocidad con la que adoptamos estas plataformas no siempre va acompañada de educación digital. Menos de la mitad de las personas que usan IA verifican la información que reciben. También, existe el riesgo de volvernos dependientes, de perder habilidades esenciales como la escritura, la investigación o el pensamiento crítico.

La privacidad es otro punto crucial. Cada interacción, cada consulta y cada preferencia que compartimos alimenta modelos que aprenden de nosotros y sobre nosotros. ¿Estamos realmente conscientes de cuánta información entregamos? ¿Sabemos para qué se usa? La línea entre utilidad y vulnerabilidad es más delgada de lo que pensamos. Y si una plataforma puede armar perfiles precisos de nuestros gustos también puede conocer a profundidad nuestros miedos, intuiciones y formas de pensar, ya vivimos pequeños ejemplos en épocas electorales de lo que se puede lograr con datos tan profundos sobre la población. Este artículo es una invitación a conocer de fondo cada plataforma, su aparición es un avance, pero su uso requiere de responsabilidad y criticidad, las herramientas existen para facilitar la vida y de nosotros depende aprovecharlas para servirnos y no para reducir nuestro propio funcionamiento. En un futuro no muy lejano que la IA sirva para incrementar nuestras capacidades y no para dominarnos.

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Opinión

Ciencia con brújula y territorio

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La Universidad Autónoma de Tamaulipas está dejando atrás el rol de espectadora para convertirse en una pieza que empuja, articula y define proyectos estratégicos en el país. En Cuernavaca, durante el InnovaFest Latam 2025 y el STS Forum Latam, el rector  Dámaso Anaya Alvarado no fue únicamente un invitado más, llegó con una agenda, con acuerdos y con una postura clara sobre el papel de la educación superior en la construcción de un México que sí apuesta por la ciencia.

La firma de la Declaración de Cuernavaca coloca a la UAT en un carril distinto. Se trata de un compromiso nacional —y medible— que busca ordenar prioridades, generar especialización y obligar a las universidades a rendir cuentas sobre su aportación al desarrollo. En un país donde muchas instituciones viven atrapadas entre rezagos administrativos y disputas internas estúpidas, la UAT decidió abrirse paso desde la cooperación y la tecnología.

Anaya Alvarado entregó al secretario de Economía, Marcelo Ebrard, y al titular de la SEP, Mario Delgado, un Portafolio de Servicios que habla más fuerte que cualquier discurso. Pocas universidades públicas del país pueden acreditar tecnología aérea geoespacial al nivel que actualmente opera la UAT; pocas concentran equipamiento para estudio de zonas costeras y proyectos de energía, medio ambiente, logística, urbanismo y agricultura. Mientras otras instituciones siguen preparando mesas de trabajo, la UAT ya tiene los instrumentos en operación.

La presencia de Rosaura Ruiz Gutiérrez, titular de la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación, y del secretario general ejecutivo de ANUIES, Luis Armando González Placencia, permitió que la universidad se insertara en una conversación de alto calibre. No como invitada de cortesía, sino como participante. El mensaje que deja la UAT es directo: tiene con qué, y quiere estar en donde se toman las decisiones de futuro.

En Tamaulipas la agenda pública suele dividirse entre los temas de seguridad y de industrialización, pero, la UAT está reclamando un lugar distinto, y lo está consiguiendo con el del conocimiento como herramienta para el desarrollo y el del territorio como laboratorio vivo. Ese vuelco —si logra sostenerse— puede cambiar la relación de los tamaulipecos  con su propia economía.

En la intimidad… La playa Miramar volvió a llenarse de historias, anécdotas y política disfrazada de pesca deportiva. El torneo “Petroleros Buscando la Curvina 2025” rompió récord con más de 1 mil 400 cañas, una cifra que lo coloca entre los eventos playeros más grandes del país. Más allá del ánimo festivo, el encuentro dejó claro quiénes siguen marcando presencia en el corredor energético del sur de Tamaulipas.

Esdras Romero Vega, ese dirigente que nunca termina de irse del imaginario petrolero, recibió un homenaje permanente: a partir de esta edición, el torneo llevará oficialmente su nombre. Un gesto simbólico, pero cargado de lectura política para quien quiera verla.

En la clausura desfilaron figuras del sindicato, la dirigencia nacional encabezada por Ricardo Aldana Prieto, la secretaria general Fabiola Rodríguez Saucedo, la Dra  Ana María Herrera Guevara, el rector Dámaso Anaya Alvarado, cuya presencia confirma que la UAT está cuidando cada espacio donde se mueve la agenda energética.

Entre los invitados destacó Juan Dionisio Cruz Guerrero, director del Instituto Tecnológico de Ciudad Madero, quien recordó los 71 años de relación histórica entre el Tec Madero y el sindicato petrolero. Sus palabras sonaron a reafirmación de un pacto antiguo; la institución nació con el respaldo de la clase trabajadora petrolera y aún hoy depende de esa cercanía para mantener influencia en un municipio donde los liderazgos sindicales siguen pesando, sobre todo, el de Esdras Romero Vega.

Cruz Guerrero felicitó a los ganadores y celebró que estos encuentros sirvan para “fortalecer los lazos de amistad”. En realidad, fortalecen algo más, la visibilidad política de todos los involucrados, aunque, no todos los vistos son bien queridos.

Hay que tener presente que en Tamaulipas, incluso cuando se lanza la caña al mar, siempre hay algo más que pescar.

davidcastellanost@hotmail.com
@dect1608

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A caracas Tamaulipas

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Tamaulipas suele ser un laboratorio donde se pone a prueba la capacidad del Estado mexicano para sostener sectores estratégicos sin perder de vista los equilibrios regionales. ¿se acuerdan de las fosas clandestinas? Fuimos los primeros; ¿Del asesintado del candidato del PRI a la gubernatura?… bueno. Mientras buena parte del debate público gira en torno a seguridad, infraestructura, movilidad y huachicol; en el campo tamaulipeco se libra una batalla silenciosa, técnica y decisiva, se trata, de la defensa sanitaria del algodón, uno de los cultivos que han sostenido por décadas la economía agrícola del norte del país.

Durante la Reunión Anual del Programa Binacional de Erradicación del Gusano Rosado y del Picudo del Algodonero, coordinado entre SENASICA y el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, el Gobierno de Tamaulipas volvió a dejar claro que no abandonará esta trinchera. La presencia del subsecretario de Desarrollo Agrícola, Eliseo Camacho Nieto, en representación del secretario del ramo, marcó el tono del mensaje: el algodón sigue siendo prioridad estratégica y la sanidad vegetal no es negociable.

Camacho Nieto detalló los trabajos continuos para mantener libre de gusano rosado la zona productiva, así como para controlar el picudo, plaga histórica que amenaza la competitividad del cultivo. Habló de coordinación estrecha con SENASICA, SADER y el Comité Estatal de Sanidad Vegetal, un triángulo técnico que opera bajo presión constante ante la aparición de plagas emergentes que ya tocan territorio tamaulipeco.

En la mesa, representantes estatales y federales presentaron reportes, evaluaron avances y revisaron estrategias. No es solo un intercambio burocrático, sino la defensa de una cadena productiva que involucra a productores, industria y exportadores. La presencia de especialistas como Alfredo Vanoye Mota y Yazmin Zapata Contreras reafirmó que Tamaulipas está jugando en serio en la cancha de la bioseguridad agrícola.

Mientras tanto, en el sur del estado, otra dinámica avanza con igual determinación. Es el blindaje del corredor metropolitano Altamira–Tampico. Los esfuerzos no se limitan a seguridad pública; incluyen la protección del entorno natural, la prevención de riesgos y la coordinación institucional para sostener un territorio que combina industria petroquímica, movilidad turística y ecosistemas frágiles.

En Altamira, personal de la Guardia Estatal se integró a un recorrido de limpieza y supervisión en las dunas del Corredor Urbano Luis Donaldo Colosio, dentro de la Estrategia Nacional de Limpieza y Conservación de Playas y Costas. La intervención conjunta de Turismo estatal, Tránsito Municipal, Marina, DIF y la Secretaría de Ecología mostró que la vigilancia ambiental también es un componente de la seguridad regional. El gobierno municipal encabezado por Armando Martínez Manríquez ha entendido este ángulo, el de proteger el ecosistema costero es proteger la economía y el flujo turístico.

Ese enfoque coincide, por extensión, con lo que ocurre al otro lado del corredor metropolitano. El Ayuntamiento de Tampico activó el operativo “Navidad Segura, Tampico Te Cuida 2025”, una estructura interinstitucional de más de 31 dependencias que apunta a blindar la ciudad durante el periodo de mayor movilidad del año. El arranque, encabezado por la alcaldesa Mónica Villarreal Anaya en la Laguna del Carpintero, dejó ver el peso estratégico de la zona: comercio nacional, logística del Golfo, transporte hacia la frontera e incluso la ruta migrante que cruza por Tamaulipas para llegar a Estados Unidos.

La alineación de la Marina, la Defensa, la Guardia Nacional y la Guardia Estatal proyectó un mensaje claro: el sur de Tamaulipas no disminuirá vigilancia. El operativo incluye patrullajes en corredores turísticos, accesos carreteros, puntos comerciales y el sistema lagunario, con la instrucción de reacción inmediata ante incidentes. Para un municipio que funciona como punto de equilibrio regional, mantener estabilidad no es solo una obligación, es un activo económico.

El blindaje de Tampico y la intervención ambiental en Altamira dialogan con la misma lógica que mueve al campo: proteger lo que genera vida económica. Desde el algodón del norte hasta las dunas de Miramar y los corredores turísticos del sur, Tamaulipas avanza en la idea de que seguridad, productividad y entorno son piezas del mismo rompecabezas.

En la intimidad… En los rincones menos visibles de la agenda pública también se mueven asuntos relevantes. En Altamira, durante el recorrido de limpieza de dunas, se vio a mandos locales afinando detalles con la Guardia Estatal para futuros operativos preventivos en Miramar. El trabajo interinstitucional fue tema constante de conversación mientras Marina, Ecología Municipal y DIF afinaban rutas de verificación.

Y en Tampico, discretamente, mientras concluía el arranque del operativo “Navidad Segura”, se comentaba entre mandos que la presencia coordinada de Fuerzas Armadas se mantendrá durante toda la temporada, incluso en horarios donde antes la vigilancia disminuía. El sur de Tamaulipas quiere cerrar el año con estabilidad.

davidcastellanost@hotmail.com
@dect1608

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Zoé Robledo Aburto ya cavó su tumba

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El funcionario federal cruzó la línea que nadie en el sector salud, ni de ningún orden de gobierno o dependencia debería siquiera atreverse a mirar. El director general del IMSS decidió minimizar la crisis que ellos provocaron y se burló del sufrimiento con una frase que exhibe la fractura moral y política en la que vive el siempre disfrazado de guerrillero barato: “la solución es no enfermarnos”.

La declaración refleja no solo la incapacidad técnica, sino el profundo desdén hacia millones de derechohabientes que todos los días enfrentan pasillos saturados, farmacias vacías, médicos exhaustos, negligencias documentadas y una maquinaria burocrática que trata la salud como un trámite y no como un derecho constitucional.

Los derechohabientes escucharon esta frase por todo el país como lo que es, una provocación. Una serpentina y confeti al ataúd de quienes entierran familiares porque el medicamento nunca llegó. Una ofensa a quienes ven deteriorarse a un ser querido en un hospital que se cae a pedazos mientras el director general presume un supuesto “97% de surtimiento”.

La realidad contradice cada una de sus palabras. Familias enteras recorren farmacias privadas para conseguir antibióticos, analgésicos, antihipertensivos o insulina. Los pacientes con cáncer se enfrentan a periodos de desabasto que comprometen sus tratamientos. Madres y padres pagan de su bolsillo lo que el Estado ya descontó de su salario. En el IMSS, las cifras son argumentos de escritorio; el dolor es de carne y hueso, y para Zoé, una carcajada.

Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, quien sostiene a Robledo en el cargo lo hace con plena conciencia del daño y del mensaje que envía al país; la salud pública va a seguir administrándose con soberbia, simulación y desprecio hacia quienes dependen de ella. El director general del IMSS no solo deshonra la institución que dirige, también deshonra la memoria de quienes no sobrevivieron al abandono institucional, y de paso, se la lleva a usted y a todas entre su verborrea, porque aquí en México la presidenta con “a”, es la que manda, o qué, acaso es la débil de la que habló hace días  Andrés Manuel ¿será?

En la intimidad… Mientras tanto, en Tamaulipas, la indignación se multiplicó. El martes por la noche, los fieles al líder sindical del SNTSS, Jorge González Ortiz, coronaron el absurdo. Tomaron las instalaciones del Hospital General Regional No. 6 en Ciudad Madero para celebrar una posada y el encendido de un pino navideño con juegos pirotécnicos, en plena explanada del hospital.

Bloquearon accesos, impidieron el paso de camillas y sillas de ruedas, colocaron carros alegóricos y montaron un festejo que hubiera sido normal en una plaza pública, no en un hospital donde cada minuto puede significar la vida de un paciente. La derechohabiencia lo vivió como una burla. Una fiesta sindical mientras adentro se lucha por la salud y la vida.

Ese desorden ocurrió ante la burla a las autoridades civiles y militares, porque aseveran que existe un pacto de impunidad que sostiene al sindicato, a su líder y a quienes desde la oficina central del IMSS permiten estos atropellos, lo más grave, es que en los pasillos se comenta que el director de Protección Civil de Ciudad Madero, Ricardo Aguirre, podría ser removido. No por incompetencia, sino porque su superior, Erasmo González Robledo, presidente municipal de Ciudad Madero, es amigo cercano de Zoé Robledo Aburto. Y cuando los intereses sindicales chocan con el interés público, ya sabemos quién pierde.

El IMSS está lastimado. Lo hieren sus directores, lo hieren sus líderes sindicales, lo hieren quienes deberían cuidarlo. La indignación social no es una moda: es el grito acumulado de un México cansado de que la salud sea un privilegio para pocos y un suplicio para millones.

La noche de la posada en el HGR 6 de Madero fue un retrato exacto del deterioro institucional. El personal sindicalizado se entregó al festejo sin medir riesgos ni consecuencias.

Pirotecnia detonada a metros de pacientes, música a todo volumen, bloqueos improvisados.

Los familiares de los pacientes quedaron relegados, y quienes necesitaban pasar con sillas de ruedas o camillas tuvieron que esperar porque la prioridad no era la salud, claro,  era el lucimiento del líder sindical Jorge González Ortiz.

Lo ocurrido no fue una fiesta desmedida, fue una ofensa directa a los enfermos, a sus familias y a los trabajadores que sí cumplen con su deber.

Así funciona el IMSS de hoy en el Segundo Piso de la 4T con un director general que recomienda “no enfermarse” y un sindicato que celebra como si nada pasara.

davidcastellanost@hotmail.com
@dect1608

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