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En septiembre de 1991, cuando este columnista inició su carrera en los medios informativos por el abrazo y hospitalidad de mi ahora gran amigo Héctor Vázquez Gutiérrez, director general de la revista Sucesos de Tamaulipas (que se edita en la frontera), y entonces gerente de producción del periódico que a la sazón se llamaba El Diario de Tampico, tuve la fortuna de conocer a Sofía Sandoval Ovando, ya por aquellas fechas secretaria general de la Sección 36 del Sindicato Industrial de Trabajadores y Artistas de Televisión y Radio, Similares y Conexos de la República Mexicana (Sitatyr).  Recuerdo que inició ahí una amistad cercana con ella, sempiterna operadora de la estación radiofónica que inicialmente se llamó «Superestelar», y con otra muy entrañable y estimada compañera que tenía el mismo puesto, pero en una difusora que perteneció también a esa empresa, y que un par de décadas después fue adquirida por el grupo Imagen.  Esa otra gran amiga, lamentablemente, ya falleció, y siendo aún joven.  Pero la anteriormente citada dirigente sindical no sólo continúa estando al frente de la dirigencia seccional del SITATYR, cuya membresía se ha visto disminuida considerablemente conforme pasa el tiempo debido al recorte masivo de personal sindicalizado en cada empresa del sur de Tamaulipas donde tiene presencia.  Sofía, en contraste, sigue ahí, y ahora más fuerte que nunca: en los últimos diez años comenzó a tener una incursión más directa en la política local, una cercanía que adquirió el carácter de relación-compromiso desde el segundo período como alcalde de Fernando Azcárraga López.   En aquellos años, a  más de una junta sindical de las que convocaba anualmente, invitó para estar ahí al ex presidente municipal de Tampico, específicamente en época de campaña electoral.  Cuando aún se tomaba Sandoval Ovando la molestia de organizar reuniones de fin de año (con las cuotas retenidas a los trabajadores afiliados, por supuesto) para el personal de  Telecable Tampico, donde trabajé durante 17 años y medio de forma ininterrumpida, comenzó a llevar, como acompañante, a la actual regidora y en algún tiempo secretaria general del Comité Directivo Municipal del PRI en esta ciudad y puerto, Dorely Meza Reyes.

«Vienen cosas buenas, muchachos», solía decirnos Sofía como explicación no pedida a los miembros del sindicato, que también empezó a hacer sus juntas en la sede local de la eternamente priísta Confederación de Trabajadores de México (CTM).   No pasó mucho tiempo para que, una mañana de diciembre en 2014, pudiera darse cuenta cada empleado sindicalizado, de los que quedaron tras la merma gradual de la plantilla laboral de Telecable (a la extinción de «Cablecanal», que había iniciado en 1993 como Canal 11  de Tampico, había apenas una cuarta parte de la membresía que llegó a tener el SITATYR en ese centro de trabajo), de que esas cosas buenas anunciadas por ellas eran, si acaso, para la causas muy propia y personal de la lideresa, porque de un solo golpe una docena y media de empleados se quedó sin su fuente laboral.  Al que esto escribe, simple, llana e ilícitamente le habían impedido el paso a la empresa apenas 7 semanas antes, sin que mediara ya no digamos causa justificada, sino explicación alguna ni finiquito o liquidación económica ninguna.  Hubo así violación flagrante a la Ley Federal del Trabajo y a las garantías individuales del empleado, según lo marca la misma Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.  Pero el propósito era claro: evadir, primero, el pago justo, conforme a derecho y a las prestaciones marcadas en el contrato colectivo entre el patrón y la organización que representaba al trabajador, en este caso el SITATYR.  Y en segundo lugar, viéndolo de manera fría, desde la perspectiva de esa empresa y en el afán de cuidar sus intereses económicos, para Telecable fue aquella la manera más sencilla de ganar tiempo, ya que lo peor que podía pasar era que el empleado cuyos derechos estaban siendo violentados acudiera a interponer una demanda ante Conciliación y Arbitraje, pero el proceso consiguiente tomaría un largo período resolverlo, y en todo ese lapso había dos posibilidades: que el agraviado se fastidiara y desistiera (lo cual no ocurrió), o que «algo» le sucediera a él, ya fuera que enfermara y dejara de habitar más este mundo por ese motivo, o por accidente… en fin.  La probabilidad siempre está latente.  Pero, a Dios gracias, nada de eso ha pasado tampoco.

Al Sitatyr acudieron a afiliarme a mi domicilio, tras ver que a los pocos meses de ingresar a la empresa el propio director general comenzaba a promoverme para otros puestos (un par de ascensos antes del primer año y los correspondientes aumentos salariales), la secretaria general de la Sección 36, Sofía Sandoval Ovando, y el entonces delegado del sindicato en Canal 11 de TV Cable (así se llamó en un inicio), Juan Pérez Ochoa, a quien una década después la misma lideresa le promovió, por su parte, la rápida salida de ese centro de trabajo, después de que él había sido durante años su brazo derecho, y de que por poco y se queda, en una contienda democrática limpia en la que por primera vez estuvo a punto de perder, con el puesto que ella siempre ha ocupado.  El talento y capacidad de Pérez Ochoa lo llevaron en unos cuantos meses, pese a un sucio bloqueo que además se ganó por tal atrevimiento, a ganarse la confianza del equipo de campaña del finado Rodolfo Torre Cantú, y fue a tal grado la habilidad y responsabilidad que demostró, que aún Egidio, quien se desentendió de cuantos colaboradores de su hermano pudo, lo mantuvo como parte de su grupo de comunicación social, donde concluye el sexenio como camarógrafo más cercano.  Para ingresar al sindicato me pidió Sofía, eso sí, una «módica cantidad» en calidad de «préstamo».  Pero ninguno de los asensos o promociones que obtuve en Telecable fueron gracias a gestiones de ella, sino más bien por el desquite de mis emolumentos de la mejor manera, y tampoco ella metió las manos para intervenir a mi favor cuando, en el período más decadente del Canal 11 (Cablecanal), me intentaban fastidiar y entramparme laboralmente algunos gerentes que estuvieron siempre de paso por esa compañía.  Vamos, en un par de ocasiones fue la misma empresa la que terminó «reculando» y dándome mi lugar por iniciativa propia y así convenir a sus intereses, y sin que Sofía, totalmente desentendida del caso de su representado, moviera un solo dedo.  No fui el único al que no defendió: está el caso de 5 exempleados de Cablecanal, dos de ellos reporteros activos actualmente, a los que obligó a firmar un finiquito injusto, que luego apelaron por ello a la dirigencia nacional del SITATYR, y quienes hace cosa de un año obtuvieron ya un fallo favorable con su pago correspondiente.

La tarde del 23 de octubre de 2014, un día antes de que me prohibieran el paso a Telecable en la hora que yo solía iniciar mi jornada laboral, su gerente en aquel entonces y la encargada de Recursos Humanos me mandaron llamar a la oficina del primero.  En el interior estaban también la mencionada Sofía Sandoval Ovando, quien era legalmente mi representante laboral ante la empresa, y el delegado del SITATYR en mi área, Juan Gabriel Herrera Del Ángel.  Cuando el del cargo gerencial me dijo aquello de «por no convenir ya a nuestros intereses te estamos haciendo esa propuesta para que le eches un vistazo», y me mostró un legajo de hojas grapadas donde se me ofrecía sólo una décima parte de lo que me correspondía conforme a derecho y al contrato colectivo que se supone me amparaba, por 17 años y medio de servicios prestados, me negué obviamente a firmarlo, porque además ni siquiera se me dio un solo motivo, una justificación escrita ni oralmente, por la cual me estuvieran echando de mi trabajo.  Antes de retirarme de ahí, les pregunté a una malencarada dirigente sindical y su acompañante si acaso no estaban ahí para defenderme, a lo que, literalmente cruzada de brazos, Sandoval Ovando simplemente alzó los hombros sin abrir la boca.  Me regresé a concluir mi jornada, pero en los dos días que siguieron ya no me dejaron entrar ahí.  «Nos dieron la orden de no dejarte pasar», dijo el personal de vigilancia de Telecable los dos días siguientes cuando me presenté como de costumbre, y así quedó registrado en el material audiovisual grabado con celular que acaba de ser exhibido como testimonial en la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje.  En ambas ocasiones llamé por teléfono al número de Sofía, esperando no sólo una explicación de su parte, sino que además cumpliera su deber de defenderme  y hacer valer mis derechos, pero sólo la primera vez entró la llamada, y sin escuchar una sola respuesta de su parte, me colgó.  Este año volví a verla: estuvimos cerca el uno del otro mientras yo cubría, como reportero, el acto público que encabezó tras su registro en calidad de candidata ante el IETAM, la ahora presidente municipal electa de Tampico, Magdalena Peraza Guerra.  Y es que Sofía fue incluida en su planilla y hoy es ya regidora «electa».

Sandoval Ovando está mencionada en la demanda laboral como testigo del despido injustificado de que fui objeto (tan injustificado, que la coartada alegada por los representantes legales de Telecable, desde que inició el proceso, va en el sentido de que a mí jamás me despidieron, y que incluso reconocen mi antigüedad laboral y todos los derechos y prestaciones reclamados por mí en el expediente abierto).  El abogado que me representa pidió la comparecencia de ella y los otros testigos mencionados para interrogarlos en sendas audiencias confesionales.  Dos de ellos, empleados de la empresa al momento de mi despido injustificado, ni siquiera se presentaron en la fecha que les correspondía comparecer.  Pero además, tampoco asistieron a dar su versión las personas que nombró, como supuestos testigos a su favor, el representante legal de la empresa, una falta que deja, en cuanto a esa diligencia del proceso, en calidad de «confesa» a Telecable.  A la actual regidora electa del ayuntamiento de Tampico, Sofía Sandoval Ovando, le toca comparecer como «testigo confesional» ante la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje en septiembre próximo, unos días antes de que asuma el cargo que ostentará, como representante ciudadana (como representante además del «sector obrero», velando por las garantías de los trabajadores), en el cabildo porteño.  La pregunta es: ¿acudirá al llamado, a atender el citatorio que le hace dicha instancia?  Y si lo hace, ¿mentirá?  ¿se arriesgará a mentir, con todas las implicaciones legales que ello conlleva?  ¿o simplemente preferirá no correr tal riesgo la munícipe electa que formará parte de la mayoría priísta en el próximo cuerpo edilicio?

 

Opinión

La salud pública también ilumina

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Hay hechos que no caben en una simple estadística de cobertura médica. Hay acciones que devuelven algo tan esencial como la luz. Esta semana, cien adultos mayores del sur de Tamaulipas recuperaron la vista gracias a una campaña de cirugías de cataratas realizada en el Hospital General “Dr. Carlos Canseco” de Tampico. Sin reflectores desmedidos ni promesas grandilocuentes, el programa IMSS-Bienestar demostró que cuando se ejecuta con sentido humano, la salud pública puede ser motivo de orgullo.

La jornada, encabezada por el Dr. Marggid Rodríguez Avendaño, coordinador federal de IMSS-Bienestar en Tamaulipas, y el Dr. Joaquín Juárez Durán, director del nosocomio, representó la primera campaña gratuita de este tipo. Lo que hicieron fue simple en el papel, pero profundo en la vida de cada paciente: valoración médica integral, implante de lente intraocular y seguimiento personalizado, todo sin que los beneficiarios desembolsaran un solo peso.

Cien personas —en su mayoría abuelos y abuelas de Tampico, Madero y Altamira— volvieron a ver el rostro de sus seres queridos. No es una metáfora. Volvieron a ver. En el sector privado, una cirugía de estas características ronda los 50 mil pesos. Para quienes no tienen esa capacidad económica, la oscuridad suele ser un destino irreversible. Pero no esta vez.

“Devolverles esta luz es un acto de justicia y amor”, dijo Rodríguez Avendaño. Palabras precisas que resumen el espíritu de la política pública cuando se enfoca en lo esencial: la dignidad humana.

Esta no será la última campaña. IMSS-Bienestar ya prepara jornadas de prótesis, reconstrucción mamaria y cirugías de labio y paladar hendido para personas en condiciones de vulnerabilidad. Cuando los recursos públicos se destinan con precisión, sensibilidad y vocación de servicio, los resultados hablan por sí solos.

En un país donde las carencias del sistema de salud ocupan titulares todos los días, también es necesario hablar de lo que sí funciona. Porque esto también cuenta.

En la intimidad… En la Universidad Autónoma de Tamaulipas también hay motivos para reconocer y aplaudir. El rector Dámaso Anaya Alvarado encabezó la ceremonia de graduación de estudiantes del Centro de Idiomas para la Niñez y la Adolescencia (CeINA UAT), reafirmando el compromiso institucional con la formación integral desde temprana edad.

Acompañado de su esposa, la Lic. Isolda Rendón de Anaya, presidenta de Familia UAT, el rector celebró junto a niñas, niños y adolescentes el cierre de un ciclo de esfuerzo y aprendizaje, destacando el papel de las familias que confían en esta casa de estudios como aliada en el crecimiento académico de sus hijas e hijos.

Uno de los momentos más significativos fue el reconocimiento a nueve familias que durante más de una década han confiado su formación al CeINA UAT. Además, uno de los egresados celebró su graduación desde Canadá, una muestra del alcance que tiene hoy la UAT y su visión global.

Con una matrícula que pasará de 1,300 a 1,600 estudiantes, el programa de idiomas sigue consolidándose como una herramienta clave en la construcción del futuro de las nuevas generaciones. Esta fue la 31.ª generación del CeINA, integrada por 29 alumnos del nivel Junior Avanzado, quienes concluyeron su formación bilingüe en inglés.

La Universidad no solo está formando profesionistas. Está sembrando confianza, identidad y pertenencia desde la infancia.

davidcastellanost@hotmail.com

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Opinión

¡Tssss! En tiempos de transformación

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En medio de una administración estatal que busca consolidar su legado de transformación, el gobernador Américo Villarreal Anaya encabezó la instalación de la Secretaría Anticorrupción y Buen Gobierno, un paso que debe armoniza la estructura estatal con el nuevo diseño federal impulsado por Claudia Sheinbaum, pero, también marca una declaración de intenciones: profesionalizar y sanear la función pública en Tamaulipas.

Se trata de consolidar una administración ética, con servidores públicos capacitados, comprometidos y responsables. El nombramiento de Norma Angélica Pedraza Melo como titular de esta nueva dependencia no fue fortuito. La funcionaria llega con una encomienda clara: erradicar las malas prácticas, fortalecer la confianza ciudadana y conducir a Tamaulipas hacia un modelo de gobernanza que privilegie la honestidad y los resultados.

La creación de esta secretaría no es un acto meramente administrativo. Representa una reconfiguración estructural que ejercerá tutela sobre 17 dependencias estatales, 36 entidades paraestatales, 43 municipios y 47 organismos públicos descentralizados. El mensaje es contundente: no hay rincón del aparato público tamaulipeco que quede exento de vigilancia, control y evaluación.

Pedraza Melo asumió el encargo con una dosis de compromiso que rebasa lo protocolario. Habló de honrar la confianza del gobernador con resultados y trabajo constante, en sintonía con el proyecto transformador de Sheinbaum. Su promesa de entrega total al proyecto de buen gobierno la coloca como pieza clave en una etapa crítica de esta administración: la de consolidación.

Además, este nuevo órgano gubernamental también se proyecta como pilar para el fortalecimiento de los derechos ciudadanos: transparencia, acceso a la información, protección de datos y simplificación administrativa. No es menor el reto de hacer eficiente un gobierno con un aparato extenso, a menudo burocratizado, con inercias difíciles de romper.

Por otro lado, el mensaje del secretario general de Gobierno, Héctor Joel Villegas González, no fue una simple formalidad. Destacó la visión moderna y estratégica de la nueva secretaría como un instrumento para prevenir, detectar y erradicar malas prácticas, al tiempo que fomenta una cultura de rendición de cuentas. En teoría, el rediseño institucional está completo. Ahora lo que resta es vigilar que se traduzca en hechos concretos.

La instauración de esta secretaría coincide con un momento nacional de redefinición política, donde se espera que las entidades federativas respondan con visión y firmeza a los principios de la Cuarta Transformación. Tamaulipas no puede ni debe quedarse atrás. Esta secretaría será una prueba de fuego para el discurso ético del gobierno estatal. El tiempo dirá si la estructura que hoy se celebra realmente servirá como blindaje contra la corrupción o se quedará como una vitrina más en el escaparate institucional.

En la intimidad…  Mientras el gabinete estatal toma decisiones de gran calado, los jóvenes de la Universidad Autónoma de Tamaulipas siguen cosechando triunfos que hablan de disciplina, talento y compromiso. Regina Pedraza Lerma y Brandon Romo Beltrán, estudiantes de la Unidad Académica Multidisciplinaria Reynosa Rodhe, conquistaron medallas de oro y bronce en el Campeonato Centroamericano y del Caribe de Esgrima 2025 en Guatemala.

Ambos lograron su clasificación para representar a México en los Juegos Centroamericanos y del Caribe Santo Domingo 2026, elevando el nombre de la UAT más allá de las aulas. Bajo la guía de la entrenadora Úrsula Sarahí González Gárate, estos jóvenes han demostrado que el esfuerzo sostenido es clave para llegar lejos.

El deporte universitario, muchas veces relegado en los reflectores mediáticos, es también una forma de construir ciudadanía. Y lo que han hecho Regina y Brandon es precisamente eso: demostrar que la juventud tamaulipeca puede destacar en escenarios internacionales sin perder su identidad académica.

Estos logros no solo llenan de orgullo a la UAT, sino que también nos recuerdan que en la trinchera del esfuerzo personal y la constancia, también se construye el buen gobierno. Aunque sin discursos ni nombramientos. Solo con esgrima.

davidcastellanost@hotmail.com
@dect1608

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La guerra invisible sigue su curso

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En medio de la vorágine diaria que representa mantener un país a flote entre tantos frentes abiertos, la Secretaría de Marin- Armada de México (SEMAR), y en coordinación con la Fiscalía General de la República, logró un nuevo golpe al crimen organizado.

En esta ocasión fue un operativo directo al corazón del noroeste nacional, en el poblado de Abuya, Culiacán, Sinaloa, fue localizado y desarticulado un laboratorio clandestino de drogas sintéticas que operaba en un espacio de 80 por 30 metros, dedicado —presuntamente— a la producción masiva de metanfetaminas.

El hallazgo no solo incluyó toneladas de sustancias en diversas fases de producción, sino también más de mil litros de precursores químicos líquidos y más de dos toneladas de insumos sólidos. En cifras, el daño económico a las estructuras criminales se traduce en más de 81 millones de pesos, aunque la verdadera cifra de impacto, más allá del dinero, es la cantidad de dosis que no llegarán a las calles.

La quema y destrucción inmediata de los químicos, materiales y estructuras utilizadas para la fabricación de droga es una señal firme de que las instituciones no están cruzadas de brazos. Se trata de un esfuerzo que, si bien no detiene la maquinaria del narco, sí interrumpe sus ciclos operativos, debilita su capacidad logística y frena temporalmente su expansión. Y eso, en este ajedrez violento que vivimos, también es ganancia.

El crimen organizado no duerme, muta, se adapta y responde. Por ello, acciones como esta deben ser replicadas y fortalecidas en todo el territorio nacional, porque cada laboratorio desmantelado es una trinchera menos para quienes han convertido la salud pública en moneda de cambio.

En la intimidad… Mientras tanto, acá, donde tampoco se cantan tan mal las rancheras, pero, donde de repente se respira alivio; en Tamaulipas, el gobernador Américo Villarreal Anaya, ordenó que a  partir del 1 de agosto y hasta el 30 de septiembre, todos los propietarios de motocicletas con adeudos fiscales tendrán la oportunidad de regularizar su situación sin pagar un solo peso en recargos, multas o actualizaciones.

El secretario de Finanzas, Jesús Lavín Verástegui, dejó claro que el objetivo es doble: mejorar el control vehicular y robustecer la seguridad pública. Con ello, se pretende cerrar una de las brechas más vulnerables que, por años, ha sido usada para fines delictivos: las motocicletas sin regularizar. Ahora, cualquier ciudadano que cuente con su licencia de conducir vigente podrá pagar una tarifa especial de 870 pesos y salir del limbo legal.

Este tipo de decisiones evidencian una política pública sensible y con enfoque social. No se trata solo de números, sino de facilitar el cumplimiento ciudadano sin asfixiar los bolsillos, abriendo una ventana de oportunidad para poner en orden lo que, muchas veces, quedó al margen por falta de recursos.

Regular no solo implica fiscalizar. En Tamaulipas, la regularización también se traduce en paz vial, movilidad responsable y una estrategia clara para garantizar seguridad a largo plazo. No hay pretexto. La puerta está abierta y la ruta, trazada.

davidcastellanost@hotmail.com
@dect1608

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Infancia trunca y derechos vulnerados

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Por: Zaira Rosas
zairosas.22@gmail.com

En México miles de niñas se convierten en madres aún contra su voluntad, tan
solo en 2024, más de 56 mil niñas entre 10 y 16 años dieron a luz, este dato por sí
solo es alarmante, pues nos habla de infancias truncadas, de un sistema que en la
ley dice proteger a los menores, pero en su aplicación se queda corto, pues
aunque la constitución marca los 18 años como edad mínima para contraer
matrimonio, hay zonas en las que aún se permite el matrimonio infantil y muchas
de las menores que llegan a una clínica de salud terminan declarando vivir en
unión libre.
Detrás de las cifras que indican que alrededor de 22 niñas se convierten en
madres cada día, también hay mucha violencia, comenzando por datos de abuso
sexual, pues es aberrante pensar que hay diferencias de hasta 75 años entre los
padres y las madres que han dado a luz. Datos publicados por la secretaría de
salud muestran a niñas desde los 10 años truncando una infancia por tener que
convertirse en madres, un gran número aún contra su voluntad y el resto sin
siquiera tener la madurez para poder hablar de un consentimiento.
El tema es polémico no solo por las diferencias de edad entre los padres y las
madres, lo es porque a esa edad no se tiene ni la madurez física ni emocional
para poder hablar de una relación consensuada, claramente estas cifras muestran
una violencia estructural donde se cruza también otra realidad latente en el país, la
pobreza que muchas veces se disfraza de usos y costumbres para justificar que
una niña sea entregada en matrimonio o vendida a alguien de la tercera edad.
Las Entidades con mayor índice de matrimonios infantiles y alumbramientos son
Chiapas, Guerrero, Estado de México, Veracruz y Puebla, de los nacimientos
reportados solo un 14% corresponde a comunidades indígenas, por lo que las
diferencias mostradas y el que tantas menores se vean en la necesidad de
convertirse en madres en realidad responde a un abuso sostenido, donde los
padres pertenecen incluso a círculos cercanos en la familia o son partícipes de
redes de trata de personas y prostitución.
Con la viralización de estos datos surgieron también comentarios activistas que
exigen la no normalización de esta información, si bien hay Estados donde los
números crecen la realidad no es ajena a lo largo y ancho del país, tampoco está
limitada a contextos rurales, pero sí tiene estrecha relación con el abuso sexual, lo
que nos exige generar una mayor prevención en los distintos espacios.
No se trata solo de una infancia trunca, sino de los derechos vulnerados de
mujeres que ni siquiera tuvieron oportunidad de defender su cuerpo e incluso de
decidir si querían o no ser madres. Personas como Olga Sánchez Cordero, ex

secretaria de gobernación, mostraron su inconformidad a través de redes sociales
e hicieron un llamado para regular la interrupción legal del embarazo pues en más
de un caso además de las secuelas físicas de estas vivencias, quedan daños
psicológicos y emocionales.
Estos datos deben conocerse y viralizarse pues son un llamado urgente para que
las niñas puedan disfrutar de un desarrollo libre de violencias, como sociedad nos
pide no normalizar estos sucesos, tener más atención a comportamientos de
violencia dentro del hogar, mantener una educación sexual clara en los distintos
niveles educativos, no revictimizar en las distintas dependencias de salud y ofrecer
un acompañamiento legal y psicológico a las víctimas de abuso sexual, porque
aunque nos cueste nombrarlo cada uno de esos embarazos es producto de un
abuso pues se trata de encuentros entre adultos con menores.
De los países de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico
(OCDE), México tiene la tasa más alta de natalidad en mujeres adolescentes, no
podemos seguir considerando esto como una excepción o problema ajeno, urge
poner a las infancias al centro para avanzar hacia una nación más justa, igualitaria
y humana.

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