Quizá usted prefiere andar en la calle durante la contingencia por el Covid-19, sin importarle que unas 177 mil personas han muerto desde su descubrimiento y 2.5 millones de ciudadanos han sido contagiados por todo el mundo. Aunque pensándolo bien, a lo mejor usted no tiene otra alternativa que romper el exhorto a no salir de casa.
Entonces sin importar que su vida sea de las privilegiadas al poderse quedar en el hogar o de los que necesariamente deben salir a la calle para hacerle frente de manera valerosa al enemigo, le presentaré la palabra clave de la pandemia: “Linde”.
La experimentada psicóloga Eva Laura Castilleja, directora de la Unidad de Capacitación y Consultoría en Psicología, para México, Centro y Sudamérica explicó que “linde”, viene a colación debido al aislamiento por la cuarentena ya sea en casa o en el lugar donde la persona se haya quedado detenida voluntaria o en muchos casos involuntariamente por las autoridades, tanto de salud como de seguridad social.
Para hacer énfasis en lo que está experimentando la humanidad, recordemos que la pandemia del Covid-19, ha causado estragos por el colapso de los sistemas de salud de los países en donde la gente enferma y muere de la forma más trágica y sufriente -sin su familia a un lado, en la angustia de la soledad y del abandono por el rechazo social y sanitario-. Por cierto cabe mencionar, nunca creímos que no estaban blindados para un impacto en la salud de la población. Así, para el nuevo virus denominado Covid-19 no hay linde, es decir, no hay límites de países, ni fronteras, ni razas, ni posición social o religiosa, arrasa con todos y más con quienes están vulnerables en su salud y en los mismos servicios de atención.
Ahora que el Gobierno Federal, por fin indicó que estamos en fase tres, será con mayor exigencia el resguardo; no podemos darnos el lujo de ignorarlo, por tanto, en cuanto al término “linde” lo aplicamos en el hogar donde convivimos ahora las 24 horas del día, y en donde estaremos conviviendo mínimo los siguientes 40 días que implica la cuarentena. Es importante desde el principio delimitar los espacios, los tiempos y los instantes, ya que el mismo confinamiento lanza una voz de alarma al cerebro antiguo reptiliano de que es momento de “sobrevivir”; de resguardarse y por lo tanto el nivel de seguridad individual se ve amansado, una de las principales necesidades arcaicas son las del espacio y territorio para moverse físicamente. Por lo anterior, cuando logramos conciliar ese espacio vital produce una sensación de seguridad y confianza para respirar y seguir avanzando en el vivir diario.
Pero según nos dice la psicóloga Eva Laura Castilleja, mientras esta reacción de supervivencia no sea así, se apoderará de los habitantes de la casa una sensación de ahogo, miedo y temor ante la falta de espacio y el lugar se convierte en el campo de conflicto por el territorio con quien sienta que lo invade. No se preocupe usted ya sobrevivió al “linde”, recuerde la época de su infancia: muchos niños se pelean porque están en la lucha del territorio en todos los aspectos, físico, afectivo, emocional, lúdico y material. Y qué me dicen de los adultos en parejas de convivencia por conveniencia en donde el mínimo movimiento genera conflicto, se hieren los sentimientos, con gestos, acciones, palabras o hasta físicamente.
¿Ya le dio miedo el texto?, bueno, mejor sígale, que la intención es hacerle un favor al sistema para el Desarrollo Integral de la Familia. Jajaja… no se crea.
Con el apoyo de la profesional de la salud mental, Eva Laura Castilleja, revisemos ahora, aquellas familias en donde la palabra linde no es conocida y todo es confuso, difuso e incongruente; por lo tanto sin lógica en el trato diario y en donde impera el descontento y la molestia, llegando sin linde a transgredir los límites físicos y generar el caos.
¿Qué es lo que se necesita? Poner primero en nuestra mente y en las funciones cerebrales superiores –ubicación: autopsíquica y heteropsíquica, tiempo-espacio-lugar; atención; memoria; juicio; raciocinio; análisis; síntesis, etcétera-, la palabra “linde” y todo lo que la definición de ella deriva: límite, deslinde, lindero, frontera, definir hasta dónde está mi frontera y dónde inicia la de los demás con quien hoy convivo.
Si establecemos primero en nuestra cabeza que existe la palabra “linde” y todo lo que significa, podremos entonces empezar a poner en límite y orden muchas cosas, desde lo nuestro hasta lo que nos rodea.
Tenga bien claro que para que los límites se cumplan serán necesarias las normas, las cuales en familias buscarán acordar términos que conlleven una vida más saludable y seguramente todos cooperarán para que esto sea una experiencia inolvidable y única en su género, y que quizás sea la gran oportunidad de fortalecerse en el vínculo de la familia a la que pertenecen y de la cual provienen y que aportará a las nuevas generaciones un lazo de humanidad en un momento de sobrevivencia hacia la supervivencia con límites de respeto para toda la creación.
Es verdad, la palabra “linde”, en casa inició.
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