Cuando niña creía que al crecer sería muy feliz.
La vida pasa y cuando acuerda, ya cuenta con un par de
décadas, aunque para algunos no es tanto tiempo vivido, ella creía que podía
hacer más cosas. Recuerda con frecuencia su infancia, creció en un pueblo
pequeño, su casa bonita con enorme patio, unos papás siempre presentes, la
familia ideal.
Así ha ido por el mundo (su mundo), tratando de hacer
felices a las personas que la rodean, y es normal para ella anteponer a los
demás, porque al recibir tanto amor, solo puede entregar lo mismo; sin embargo,
hay momentos en que se pregunta si está en lo correcto.
Dice que no le importa mucho el qué dirán, aunque en
ocasiones sí se pregunta qué piensa la gente de ella, sobre todo las personas
con quien convive, ¿creerán que es una obsesiva por el orden? –que de hecho, lo
es, siempre trata de tener el control y se desespera cuando las cosas no salen
bien-, ¿que está un poco amargada y nada le gusta?, así se hace preguntas e
incluso imagina respuestas, imagina, imagina mucho.
En su mundo siempre está en lo correcto, claro, porque es
obsesiva pero no insufrible, así que también se cuestiona sobre la vida de los
demás, ve a la gente y piensa ¿son felices?, entonces se pone a definir la
felicidad.
¿La felicidad es un estado de ánimo?, o ¿es un camino?,
como lo dice esa trillada frase. La felicidad, cree, es una percepción muy
particular, para ella eran momentos, porque la vida se construye así, algunas
personas son felices con tan poco… dice esto y surgen más preguntas ¿qué es
poco?, ¿quién tiene una medición?, ¿quién dijo qué está bien y qué no?, cada
quien tiene su escala, pero ésta es definida por los valores, por cómo te
forjaron, pero ¿y si no tuvieron un buen ejemplo?, su cabeza nunca deja de
pensar, tan no deja de pensar que tantos cuestionamientos se convierten en
ansiedad.
Le causa ansiedad todo, lo que ha vivido, lo que
puede ocurrir, lo que no, y así pasa el tiempo, así pasan los días, las noches,
sobre todo las noches, siempre ha querido tener respuestas, sin embargo sabe
que no es posible.
Es tan difícil para ella mantener un equilibrio en su
vida, ser fuerte y sensible, valiente y noble, quiere ser tantas cosas, pero
esa ansiedad no la deja florecer.
¿Cuánto influye el entorno en una persona?, la ansiedad,
es real, hay muchas personas que luchan día a día por vencerla, quizás hay más
personas de las que se cree, así que no es por esto que piense que es un ser
especial, a veces no quiere mencionar sus sentimientos porque cree que hay
problemas más reales, así que prefiere callar, ¿cómo saber qué ocurre en el
interior de cada persona?, ¿cómo ayudar?, ¿puede ayudar estando en sus
condiciones?, ¿la gente lo nota aunque ella no lo diga?
Y así pasan sus días, unos felices, otros tristes, unos
más con una gran preocupación por todo y por nada, pero sigue sonriendo, sigue
estando ahí cuando la necesitan, eso de alguna manera la anima, quizás para eso
está aquí, para dar.
Al final del día reflexiona, y sigue pensando, en su
vida, en su felicidad, trata de recordar momentos felices para estar tranquila,
pero siempre regresa, siempre está ahí, como si fuera parte de su personalidad,
de su esencia… la ansiedad.
El texto anterior es autoría de @erikanavarrock, especialista en arte gráfico digital y letras, quien como cualquier mujer en México, corre altísimo riesgo en un país en donde el feminicidio parece una moda, una plataforma política para que la siguiente presidencia nacional sea ocupada por una mujer, como si esa fuera la verdadera solución.
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